Editorial
Un retroceso que preocupa
La baja ocupación hotelera proyectada para enero en Arica no solo es una alerta para los empresarios del sector turístico, sino también un llamado urgente a revisar y fortalecer las estrategias de promoción del destino. El turismo, como eje de desarrollo económico y social, requiere de planificación constante, innovación y, sobre todo, una visión estratégica que trascienda temporadas específicas y se traduzca en resultados sostenibles para la región.
Los datos expuestos por la Cámara de Turismo reflejan una preocupante falta de reservas que, salvo las fechas cercanas al Carnaval "Con la Fuerza del Sol", no muestran un flujo significativo de visitantes. Esto pone en evidencia un problema estructural: la insuficiente promoción de Arica como un destino turístico atractivo.
La región tiene un potencial turístico inmenso, potencial que la obrliga a desarrollar de manera profesional y especializadxa el turismo como un eje estratégico para su desarrollo. Desde su clima privilegiado hasta su riqueza cultural, histórica y natural, los atractivos de Arica y Parinacota son múltiples y variados. Sin embargo, este potencial no se traduce automáticamente en resultados. Es necesario entender al turista objetivo.
Ahora, es crucial diversificar las estrategias promocionales. No basta con confiar en la oferta natural y cultural; se requiere un esfuerzo transversal y amplio para diseñar campañas de difusión atractivas y adaptadas a las preferencias de los turistas objetivo.
Junto con eso, la calidad de los servicios turísticos debe ser un pilar fundamental. Arica no solo debe atraer turistas, sino también fidelizarlos. Esto implica mejorar la infraestructura turística, asegurar estándares altos en la atención al cliente y fortalecer la oferta de experiencias auténticas, que conecten a los visitantes con la identidad única de la región.
El turismo es un motor de desarrollo que beneficia a toda la región, porque se saben y entienden los potenciales presentes. Pero no es todo. Arica tiene el desafío y la oportunidad de reposicionarse como un destino atractivo y vibrante. Pero para ello, es necesario actuar con visión, compromiso y unidad.
"La ocupación hotelera nuevamente muestra que Arica no está a la altura de sus imperativos turísticos".