Editorial
Catástrofes y las viviendas
Los recientes temporales han dejado en Chile un escenario desolador: miles de viviendas dañadas, familias damnificadas y una creciente sensación de vulnerabilidad. Si bien los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, lo inaceptable es que los daños a las viviendas sean, en muchos casos, claramente evitables.
Es difícil de entender y mucho más de aceptar que, en un país donde el precio de las viviendas ha alcanzado niveles históricos, miles de familias se vean obligadas a enfrentar el trauma de perder su hogar debido a fallas en la construcción o a una mala elección del emplazamiento.
De manera similar es inaceptable que el sueño de la casa propia se convierta en una pesadilla cuando los temporales, los sismos u otras catástrofes ponen a prueba la calidad de las construcciones y estas fallan.
Claramente no se pueden seguir normalizando este tipo de situaciones. Es necesario tomar medidas urgentes para garantizar que las viviendas sean seguras y resistentes, no solo en situaciones puntuales, sino también frente a eventos climáticos y sísmicos cada vez más severos.
Entre estas medidas, se puede considerar el establecer normas de construcción más exigentes y aplicarlas de manera rigurosa. Cuando ocurren fallas como las que se ha conocido, se deben analizar muy bien las responsabilidades que han llevado a los fracasos en construcciones, incluso, de alto costo.
Se deben reforzar las inspecciones más exhaustivas a las obras en construcción y promover el uso de materiales de alta calidad y técnicas de construcción adecuadas. Junto con ellos, es importante desarrollar planes de urbanismo que consideren el riesgo climático y sísmico.
La seguridad de las personas y la calidad de vida en las comunidades dependen de que las viviendas sean construidas de manera responsable y duradera. Con todo, las autoridades y los organismos pertinentes deben establecer mecanismos claros para que las personas afectadas por este tipo de situaciones puedan obtener justicia y compensación por los daños sufridos y que no deberían ocurrir.
"Es inaceptable que el sueño de la casa propia se convierta en una pesadilla evitable ante la ocurrencia de una catástrofe".