Simón Soto: "No quería ser cura, yo quería ser Papa"
El escritor chileno acaba de publicar "Aguafuerte", una novela inspirada en un soldado raso que peleó en la Guerra del Pacífico de 1879, una especie de "Western gótico" que "chorrea" sangre.
Andrea Lagos
El perro Frank, de Simón Soto, no para de ladrar. El escritor tiene abierta la Biblia sobre su escritorio y detrás suyo está, entre unos libros, el felino verde que montaba He-Man, el de la serie de dibujos animados que cargaba su espada con el grito "Por el poder de Grayskull".
Antes de "Aguafuerte", su recién publicada novela, Soto se hizo un nombre en la literatura contemporánea chilena con "Matadero Franklin" (Mejor obra literaria año 2019), "La pesadilla del mundo" y "La sangre y los cuchillos" (Premio Municipal de Santiago de Literatura). También destaco como guionista en las teleseries "Secretos en el jardín", "Demente", "Hijos del desierto" y la temporada final de la aplaudida serie "Los 80".
"La guerra es Dios", fue la frase de Cormac McCarthy que Simón Soto puso en la primera página de su nueva novela. De ahí en adelante se suceden escenas de batallas cuerpo a cuerpo, cazuelas de ave, caldos de cabeza, embarazos no deseados, bayonetas, bebidas alucinógenas y personajes a la antigua como Ormazábal, el Gringo Graham, el pija Ariztía, Romero y el Joven Sanhueza.
En medio de la ficción también hay un Soto que traiciona con una cuchilla al protagonista desde un castaño carcomido. Pero este traidor no es Simón Soto. Simón, el hijo del mecánico, nieto de analfabeto, ex monaguillo y coleccionista de botellitas de Coca-Cola en miniatura no sabe de cuchilladas ni entrenamiento bélico. Nunca hizo el servicio militar, pero se arrepiente.
-Tu libro chorrea muerte. ¿Por qué siempre tanta sangre, Simón?
-Es parte de mí ese tono crudo y sangriento. Por eso escribo lo que escribo: del Matadero y ahora de la guerra. Todo me lleva hacia allá. No sé por qué.
-¿Qué tan cruel fue la Guerra del Pacífico?
-Todas las guerras son cruentas, salvajes y esta guerra fue cuerpo a cuerpo. Había mucho enfrentamiento: bayoneta, corvo, sable. En algunas batallas quedó muy poca gente en pie.
-Guerra a la antigua, no como ahora.
-Las guerras están muy emparentadas con la tecnología. Se prueban cosas: hay drones y el contacto es menos corporal. Hoy no derriban a un hombre, sino a un edificio entero. Con un misil cae media ciudad.
-Norman Mailer se enroló para escribir "Los desnudos y los muertos". ¿Qué tan cerca has estado tú de la guerra real?
-Sólo en libros y películas. Me arrepiento mucho de no haber hecho el servicio militar. Ahora lo digo, ya viejo, con un problema a la espalda que me cuesta hacer hasta la cama.
-¿Por qué no hiciste el Servicio?
-Porque estudiaba, pero tenía mucho miedo de hacerlo. Había miedo de que te pegaran, que te trataran mal, cuestiones que pasan igual en otras dimensiones después. Capaz que uno hubiese estado más preparado para el trabajo haciendo el Servicio Militar. Quién sabe.
-¿Jugabas con soldaditos?
-Por supuesto. Tenía muchos. Ahora también tengo soldaditos de plomo. Uno se va 'fachizando' con la edad. Tengo libros de guerra, pequeños bustos de héroes que son funables. Espérame que te voy a mostrar un libro.
-¿Muéstrame primero el León de He-man que está detrás tuyo?
- Yo acá tengo mucho cachureo. Tengo este león y tengo el malo de la serie She-Ra. También tengo a 'Skeletor' y a la pantera de 'Skeletor'. Este es un problema grave que debo controlar: juntar cosas. Antes vivía en un departamento que ya parecía el de una persona con el Mal de Diógenes. Era espantoso. Un día estaba lavando unas botellas viejas, llenas de tierra y arañas: les tenia aprecio. Cuando nos cambiamos a esta casa boté dos cajas de cartón con marcadores de libros, me costó mucho hacerlo. Aún me duele haber botado esos marcadores. Lo hice para que no pensaran que estoy enfermo.
-¿Y cuál era el libro que me ibas a mostrar?
-"Las cuatro campañas de la Guerra del Pacífico", de Francisco Machuca, un historiador antiguo (teniente coronel retirado). Este libro tiene mucha información actualizada de batallones, horarios, ranchos, del Combate Naval de Iquique, del Asalto a Pisagua, lo que escribían, lo que comían. (Lo tiene todo marcado con etiquetas).
-¿Cómo era la comida de la guerra?
-Mucho charqui, galleta de chuño, café, cebollas que se las comían a mascadas, como Zalo Reyes. Esos detalles me servían para que mi ficción estuviera amparada en una realidad, para que ese contrato entre la realidad y la ficción nunca se quebrara. Yo quería que se supiera que esa gente que peleó en la guerra llevaba mulas con afrecho, con provisiones, con agua. Que era gente de verdad.
-¿De dónde sale la información?
-Están los cantones de reclutamiento, los diarios.. Hay un diario de un soldado con cartas que un joven soldado le enviaba a su padre. Se intuye que la madre había fallecido porque no la menciona. El soldado le pregunta al padre sobre los hermanos y le manda plata, la plata que le pagan a él. Y le va contando los hitos que le van ocurriendo.
EL sueño de un NIÑO
Dios y el diablo siempre se cruzan en el "Aguafuerte" de Simón Soto. La novela sobre la Guerra del Pacífico parte con el anuncio del fin de Jesús Cristo, el del "sudario son rostro". Luego la presencia de Dios y la Virgen cruza a todos los personajes: "Frente a algo tan horroroso como la guerra hay que encomendarse a algo. Es algo muy mío eso. Cuando chico fui monaguillo de la parroquia Santa Rita en La Reina: llevaba los cirios, tocaba la campanilla cuando el cura consagraba la hostia y el vino", cuenta Simón Soto. '
-¿Ibas a un colegio de curas?
"Aguafuerte"
"Simón Soto Editorial Planeta 360 páginas $18.900