Editorial
La violencia persiste en el fútbol
En un lamentable y repudiable episodio que empaña el espíritu deportivo, los hinchas de San Marcos de Arica fueron víctimas de un ataque violento mientras regresaban a Arica tras apoyar al Bravo en la goleada sobre Deportes Iquique. El bus en el que viajaban fue apedreado por individuos desconocidos, ocasionando daños significativos y generando un temor e inseguridad.
Resulta preocupante que este tipo de incidentes sigan ocurriendo en el fútbol, donde debería prevalecer la pasión por el deporte, pero de la mano del respeto mutuo entre aficionados. Es aún más inquietante que este acto de violencia haya sido premeditado, tal como evidencian los videos compartidos en redes sociales. Estas imágenes, que deberían ser motivo de repudio, son una muestra clara de la impunidad con la que algunos individuos actúan en el entorno deportivo.
Es evidente que se requiere una mayor previsión y coordinación por parte de las autoridades competentes para evitar este tipo de incidentes. Los clásicos y los encuentros deportivos en general no deberían ser sinónimo de confrontación y violencia, sino de convivencia pacífica y disfrute del juego. Es responsabilidad de los organismos encargados de la seguridad en los eventos deportivos garantizar la integridad de los asistentes y prevenir este tipo de situaciones.
Es imprescindible que las investigaciones se lleven a cabo de manera exhaustiva y que se identifiquen a los responsables de este acto de violencia. Las imágenes compartidas en redes sociales pueden ser fundamentales para su identificación y posterior sanción, para que de esa manera se haga justicia y se envíe un claro mensaje de que estos actos no serán tolerados.
La violencia en el fútbol es un problema que persiste y que requiere una acción contundente por parte de todos los actores involucrados. Los clubes, las autoridades, los jugadores y los aficionados deben unirse en un compromiso firme para erradicar la violencia que se escuda en la pasión del fútbol y termina por desbordar desde los estadios. La pasión por el fútbol no puede ser excusa para la violencia.
"El ataque que sufrió el bus que transportaba a los hinchas de San Marcos de regreso a Arica, no puede quedar impune".