Nuestra sociedad es diversa por esencia, pluralidad que se encuentra presente desde los inicios del contrato social. Lo cual, desde una primera mirada no debería generar dificultad alguna. Lamentablemente, la construcción cultural ha determinado ciertas diversidades como elementos de discriminación que generan vulneración de derechos fundamentales, produciendo abusos y múltiples violencias. Este es el caso de la discriminación por orientación sexual o identidad de género. Con el fin de eliminar estas categorías de discriminación que afecta a un sector de la población, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Asamblea General de 1990, elimina la homosexualidad como enfermedad mental, y se consagra el año 2005 el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homofobia y transfobia, con el propósito de sensibilizar y recordar que ninguna persona puede ser discriminada por orientación sexual, identidad de género u otras causales.

En este sentido, los países se han comprometido a generar mecanismos que permitan el ejercicio efectivo de los derechos de las personas víctimas de estas discriminaciones. En el caso de Chile, la Ley N° 20.609 que establece medidas contra la discriminación, instaura la acción de no discriminación para poner fin a actos arbitrarios. Por otro lado, la Ley N° 21.120 que reconoce y da protección al derecho a la identidad de género, en vigencia desde el 2019, permite a las personas solicitar ante el Registro Civil la rectificación administrativa de su partida de nacimiento, en especial a su nombre de pila y sexo registral. En la región de Arica y Parinacota en el año 2022 solicitaron esta gestión 25 personas y en lo que va del año 2023 lo han requerido 10 personas.

Estos avances normativos constituyen la base para el desarrollo del principio de igualdad y no discriminación, sumando a la cultura del reconocimiento a los derechos a la identidad y a los cambios sociales que necesitamos para erradicar las violencias y discriminaciones, respetando así la diversidad presente en nuestros territorios.

Camila Rivera Tapia

Seremi de Justicia y Derechos Humanos

Región de Arica y Parinacota

Al aumentar caudal de agua en Lago Riñihue, por el terremoto del 22 mayo 1960, a varios obreros que estaban construyendo la Central Pullinque, el Ingeniero Jefe de SAESA los envió a realizar trabajos de urgencia al Lago Calafquén y a Laguna llamada Charchal que tenía un río, por el agua que llegaba al Panguipulli. Ya que éstas aguas alimentaban al Riñihue. Después, cada día (por caminos peligrosos), un camión con obreros, salía de Pullinque a las cinco de la mañana, llegando a Riñihue a las 9,30 horas. Allí los obreros, con hachas, debieron cortar cientos de varas, las que colocaban por donde tenían que pasar maquinarias o camiones; así estos no se empantanaban en el barro. Trabajaron de paleros en los tacos; al final del día regresaban a Pullinque. Después les pidieron quedarse en Riñihue, para trabajar en tres turnos, día y noche. En cada jornada terminaban con la vestimenta mojada y embarrada; no tenían como secar sus ropas. Dormían en el segundo piso de un galpón con fardos; en la parte baja lo hacían los animales del predio. Con las carpas que llegaron en junio 1960, los obreros crearon su campamento. Un día, al explotar una dinamita, falleció don Eliecer Nuñez; otros dos obreros resultaron heridos. Don Rudelindo Escalona Valdés, fue uno de los obreros del Riñihue que, junto con sus compañeros salvaron a Valdivia y sectores aledaños.

Derico Cofré Catril

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