Editorial
Vuelo humanitario
Este fin de semana, en medio del proceso para elegir a los representantes para el Consejo Constitucional, se llevó a efecto el traslado vía aérea de 115 migrantes venezolanos hacia su país, en el marco de la crisis que se ha vivido en las últimas semanas en la frontera que separa Chile y Perú.
Fue precisamente este domingo por la madrugada cuando el avión partió con más de un centenar de personas que alguna vez salieron de su país en busca de mejores horizontes, de hacer realidad sueños y de mejorar sus vidas. Pero todo aquello se ha visto truncado.
De acuerdo a lo informado por el Gobierno Chileno, todos quienes subieron al avión previamente tuvieron que enrolarse tanto con el Registro Civil, Desarrollo Social y Policía de Extranjería de la PDI, previo viaje, donde, además, se entrevistaron familias con abogados de la Corporación de Asistencia Judicial y su línea especializada del Programa Mi Abogado.
En otras palabras, no fue un procedimiento fácil, que de partida necesitó la voluntad del país de destino, de la misma cuna de estos migrantes, de Venezuela, para que pudiera concretarse. Este tipo de voluntades y esfuerzos es la base para velar por los derechos de los migrantes que buscan retornar a su tierra.
Sin embargo, esta primera experiencia por exitosa que fue, no vislumbra por ahora, de manera oficial al menos, un nuevo capítulo. La zona fronteriza, la misma que ha estado en crisis durante semanas, seguirá en esta encrucijada de seguir recibiendo personas que buscan un mejor futuro, ahora de regreso a sus países.
Evidentemente nuestro país debe analizar qué pasos se pueden dar, pero también se trata de lo que puedan hacer los otros, particularmente Venezuela, que es el principal destino de miles de personas que incluso cruzaron medio continente para finalmente buscar una mejor vida en Chile, una mejor vida que no encontraron.
Si un corredor humanitarios demanda muchas voluntades, que sean las precisas las que tiendan una mano y logren aliviar el peso que cargan personas y familias que buscan ahora rehacer sus vidas.
"Nuestro país debe analizar qué pasos se pueden dar, pero también se trata de lo que puedan hacer los otros, en especial Venezuela".