Desde tiempos ancestrales hasta nuestros días, el agua está presente en los territorios, ya sea en el diario vivir, agricultura y actividades productivas. Sin embargo, aún permanece vigente el déficit hídrico mundial asociado principalmente al cambio climático y la falta de precipitaciones, aunque la acción humana tiene mucho que ver en estos problemas.

El Día Mundial del Agua fue propuesto en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo efectuada en Río de Janeiro (Brasil) en junio de 1992. Así, la Asamblea General de ONU adoptó el 22 de diciembre de 1992 la resolución que declaró el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua.

En 2023, la efeméride tiene por eslogan "Acelerar el cambio para resolver la crisis del agua y el saneamiento" para responder en forma más efectiva a todos aquellos problemas de las comunidades afectadas por la falta del recurso hídrico, en especial para el desarrollo de sus comunidades y actividades productivas básicas.

Es que millones de personas en todo el mundo todavía viven sin agua potable y saneamiento gestionados de forma segura, a pesar de que el acceso a ambos servicios se ha reconocido durante mucho tiempo como un derecho humano. El suministro de agua y la pobreza están estrechamente relacionados.

Cumbre global

Por ello, la comunidad internacional espera que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023, que partirá hoy en Nueva York (Estados Unidos), adopte la Agenda de Acción por el Agua como un resultado principal que evidencie los compromisos voluntarios de los países y las partes interesadas encaminados a cumplir los objetivos y metas mundiales relacionados con el agua.

La agenda ayudará a movilizar la acción de gobiernos, sectores y partes interesadas para alcanzar los objetivos mundiales relacionados con el agua.

Ya pasaron cincuenta años desde la primera conferencia global sobre el agua de la historia, celebrada en Mar de Plata en 1977. Desde entonces, las presiones sobre la cantidad y la calidad del agua han aumentado muchísimo.

La conferencia de 2023 llega en un momento crucial en el que ninguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre el agua va camino de cumplirse. Su lema lo refleja: "Nuestro momento decisivo: unir al mundo por el agua".

ARICA y PARINACOTA

De acuerdo al Ministerio de Obras Públicas (MOP), actualmente hay 24 plantas desalinizadoras en operación y 22 en estado de construcción o planificación en Chile. Esto, sobre el contexto de que más del 50% de las comunas del país están con escasez hídrica -lo que afecta a más de 8 millones de personas-, y que la evidencia ha puesto de relieve que la sequía es una de las barreras más importantes para el crecimiento económico de las regiones.

La Región de Arica y Parinacota no está exenta del problema. La condición de explotación de las fuentes de aguas subterráneas de nuestra ciudad, en particular en el valle de Azapa, ha generado una demanda sobre los acuíferos que supera la capacidad de recarga sustentable de los mismos, haciendo que esta condición no sea asegurable en el tiempo, según dan cuenta informes y oficios de la Dirección General de Aguas (DGA)

Por ello está en estudio la construcción de una planta desaladora de agua de mar que es una alternativa viable de materializarse en la medida que se zanje si la fuente de financiamiento será estatal o privada.

El proyecto se trata de una desaladora de 200 L/s de capacidad de producción de agua potable, que permitirá cubrir la demanda del 50% de los pozos del valle de Azapa, equivalente al aumento obtenido con la puesta en operación de Lluta.

El terreno fue asignado por Bienes Nacionales, analizándose las zonas de concesión marina para la planta desalinizadora, cuyas obras de captación y conducción se estimó inicialmente en US$ 40 millones de dólares.