Editorial
Más allá de las fanfarrias
La sección "Nuestro archivo" de este diario, en la página 9 de ayer martes, nos trajo a la memoria un interesante proyecto que sembraba de esperanzas a vecinos del sector El Alto en nuestra ciudad. Hace casi una década, "La Estrella" daba a conocer la aprobación de 85 millones de pesos para financiar la prefactibilidad del "añorado parque Las Américas", que según comentaba la nota periodística, contaría con 11,6 ha destinadas a nuevos espacios recreativos para los vecinos.
En aquella oportunidad se hablaba del "parque más grande de Arica", todo un sueño para los pobladores del sector alto de la ciudad, quienes también eran parte de este proyecto, debido al impacto que tendría en todo un sector donde el polvo y las piedras, y lamentablemente también la basura, son parte del paisaje diario.
Sin embargo, todo ese sueño, el proyecto quedó hoy en el baúl de las buenas ideas y las mejores intenciones. Un "cofre" en donde duermen también otras iniciativas que a estas alturas, de haberse ejecutado, estarían cambiando el rostro definitivamente de la ciudad. O por lo menos, serían un aporte necesario y distinto.
Este espacio no trata de hacer una investigación buscando las razones de la suspensión o la caída de esta u otras iniciativas. Tampoco se trata de hacer juicios de valor, reproches políticos, pasadas de cuenta o críticas a ejecuciones presupuestarias, tan recurridas cada cierto tiempo. Se trata de ponernos en el lugar del ciudadano de a pie, del vecino común que muchas veces ve primeras piedras, pero no en muchas alcanzan a ver las últimas.
Esos vecinos merecen explicaciones, la ciudad merece explicaciones cuando muchas obras no alcanzan a ejecutarse. Lamentablemente cuando hay problemas en la concreción de algunas iniciativas, incluso a la prensa, a este diario mismo, le cuesta llegar a las razones de fondo.
Los avances y retrocesos en los proyectos, deben ser comunicados con igual entusiasmo a la comunidad, porque la sociedad local es finalmente la beneficiaria de aquello que a veces, se anuncia con grandes fanfarrias, pero se suspende o se derriba en medio de profundos silencios.
"Los avances y retrocesos en los proyectos, deben ser comunicados con igual entusiasmo a la sociedad local".