Editorial
Vandalismo contra las micros
Hace un par de meses, se celebra la llegada de nuevos microbuses, los que serían puestos al servicio de la comunidad ariqueña, justo en los momentos que más los necesitaba. Los problemas de transporte durante la pandemia, y especialmente cuando la crisis sanitaria comenzó a bajar de intensidad, fueron de aquellas situaciones casi cotidianas más lentas de normalizar.
Se extrañaban las micros, la falta de choferes obligó a suspender algunos recorridos y hasta algunas líneas prácticamente desaparecieron del mapa. Es por eso que cuando muchos de estos vehículos regresaron con sus recorridos, y con más frecuencias, buena parte de la comunidad lo celebró.
Sin embargo, con micros nuevas, más choferes, recorridos que retornan y en síntesis, una suma de esfuerzos, no faltan quienes vandalizan estos transportes que al final, prestan utilidad para todas y todos los vecinos de la ciudad.
Resulta lamentable observar las condiciones en las que se encuentran muchos de los taxibuses que circulan no solamente por Arica, sino por otras ciudades del país. Inversiones que con esfuerzo hacen empresarios del transporte público, destinadas a beneficiar a la comunidad en general, se han visto seriamente afectadas por acciones irresponsables, que van desde el maltrato de las máquinas, hasta su deterioro y destrucción progresivas.
Los esfuerzos por renovar micros en ocasiones, más de las que se pueden esperar, no han tenido una respuesta positiva dentro de grupos de verdaderos vándalos que paulatinamente han ido deteriorando los vehículos.
Es por eso que se hace necesario establecer mecanismos que permitan corregir este problema, ya sea a nivel de las escuelas, las familias y de los mismos transportistas. El vandalismo en estos transportes se convierte en un problema tan lamentable y repudiable como la destrucción del mobiliario público, o los rayados de paredes, muros y casas.
Es una nueva muestra de ese culto a la destrucción que tanto daña los bienes de la comunidad y que en casos como el del transporte, termina por perjudicarla.
"Rayados, rotura de asientos y otras conductas atentan contra un transporte tan útil y necesario".