El próximo 24 de enero se conmemora el Día Internacional de la Educación, fecha proclamada el 2019 por la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) con el propósito de concientizar a la sociedad sobre el impacto de la educación en la obtención de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Para el 2023 la consigna es "Invertir en las personas, priorizar la educación", buscando acelerar la transformación de la educación a nivel global, en un contexto marcado por las grandes consecuencias de la pandemia de Covid-19, el decrecimiento de la actividad económica, el cambio climático y las desigualdades sociales, entre otras.
La ONU expone que la educación es un derecho humano, un bien público, una responsabilidad colectiva, ruta clave para la paz y el desarrollo de las comunidades y territorios. Pero las cifras son preocupantes: la pandemia provocó que más del 90% de los niños del mundo vieran interrumpida su educación, actualmente más de 244 millones de niños y jóvenes están fuera del sistema, mientras que 617 millones de niños y adolescentes no saben leer y no pueden realizar operaciones matemáticas básicas.
A nivel regional, un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) denominado "Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022: la transformación de la educación como base para el desarrollo sostenible", dice que este territorio a nivel global fue uno de los que interrumpió por tiempo más prolongado las clases presenciales "generando brechas en el desarrollo de habilidades, la pérdida de oportunidades de aprendizaje y el riesgo de aumento de abandono escolar". En Chile, hace algunas semanas conocimos datos del Ministerio de Educación sobre deserción y ausentismo escolar que también son preocupantes: sobre 50 mil estudiantes abandonaron el colegio entre 2021 y 2022, mientras que un 39% de los alumnos con matrícula vigente tuvo un ausentismo grave.
Este nuevo Día Internacional de la Educación invita más que nunca a actuar, a posicionar con fuerza esta materia en las agendas de las naciones y cumplir compromisos adquiridos, donde el trabajo conjunto es prioritario para avanzar en la transformación que la educación necesita, otorgando mayor calidad, igualdad e inclusión.
Paola Espejo, Vicerrectora UDLA