Deserción escolar a temprana edad
Sabemos que 50.000 estudiantes se restaron del sistema escolar entre 2021 y 2022, -según las últimas cifras del Ministerio de Educación-, pero dentro de esto me resulta especialmente grave que el 54,8% de los niños desescolarizados pertenezcan a niveles de enseñanza básica.
Durante esta etapa de formación se entregan herramientas que serán claves en la vida de los niños. Los alumnos desarrollan aprendizajes que van desde lo moral y lo espiritual hasta lo intelectual y lo físico, empiezan a conocer sus responsabilidades, derechos, a respetar a los demás, y algo tan fundamental como lo es, por ejemplo, el aprender a leer. El impacto no debiera dejarnos indiferentes y, de hecho, esto debe alarmarnos.
Desde el Mineduc ya se trabaja en un plan de reactivación educativa para volver a insertar en el sistema a estos miles de niños. Es valorable que se le dé prioridad a este asunto, sobre todo ahora que venimos saliendo de una pandemia que provocó, en gran parte, que esta situación ocurriera. El aprendizaje transforma y aporta al desarrollo de las personas y los países. Por lo mismo, urge que se haga algo ahora mismo, si no, corremos el riesgo de que más pronto que tarde estos futuros adultos y el propio país lo resientan.
Por Isabel Loncomil, profesora y cofundadora de LIRMI