Comer papas se asocia a riesgo de diabetes sólo cuando son fritas o en puré
Además, los patrones dietéticos subyacentes son claves, según un estudio que reivindica el tubérculo cuando es cocinado sanamente.
Natividad Espinoza R.
Que "engorda" es lo más suave que se dice de la papa, ya que al consumo de este tubérculo se lo ha culpado incluso de elevar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Debido a aquello, y también al actual auge de las dietas bajas en carbohidratos, actualmente la papa se excluye de las dietas, en favor de otras verduras.
Sin embargo, una nueva investigación de la Universidad Edith Cowan (Australia) demostró que, si bien es posible que las papas no tengan los mismos beneficios que otras verduras (como la reducción del riesgo de diabetes tipo 2), los problemas de salud asociados con las mismas en realidad pueden deberse a la forma en que las personas las preparan y a los alimentos con que las acompañan.
Para el estudio danés a largo plazo, "Diet, Cancer and Health" ("Dieta, Cáncer y Salud"), más de 54.000 personas informaron su ingesta dietética.
Un análisis reciente de ese trabajo, dirigido por el dr. Nicola Bondonno, del Instituto de Investigación de Innovación en Nutrición y Salud de la casa de estudios australiana, encontró que las personas que consumían más vegetales tenían un 21% menos de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que aquellas que consumían la menor cantidad de esos alimentos.
Y ahora, el candidato a doctorado de la misma casa de estudios, Pratik Pokharel, trabajó sobre el análisis de Bondonno, concluyendo que si bien las papas no tuvieron el mismo impacto que otras verduras en la diabetes tipo 2, tampoco tuvieron ningún efecto negativo.
"En estudios anteriores, las papas se han relacionado positivamente con la incidencia de diabetes, independientemente de cómo se preparen, pero descubrimos que eso no es cierto", dijo Pokharel.
"En Dinamarca, las personas consumen papas preparadas de muchas maneras; en nuestro estudio, pudimos distinguir entre los diferentes métodos de preparación", agregó.
Es la gente, no la papa
"Cuando separamos las papas hervidas del puré de papas, las papas fritas y los snacks de papa, las papas hervidas ya no se asociaron con un mayor riesgo de diabetes: tuvieron un efecto nulo", explicó Pokharel.
Asimismo, destacó que los patrones dietéticos subyacentes son la clave: "En nuestro estudio, las personas que comían más papas también consumían más mantequilla, carne roja y bebidas, alimentos que se sabe que aumentan el riesgo de diabetes tipo 2", dijo.
"Cuando se toma en cuenta eso, las papas hervidas ya no se asocian con la diabetes. Son sólo las papas fritas y el puré de papas, este último probablemente porque generalmente se hace con mantequilla, crema y similares".
Esto ya lo advertía en 2017 el médico nutricionista Lucio Tennina, autor del libro "La Revolución de la Papa", quien quiso reivindicar este tubérculo víctima de tantos prejuicios.
"Es muy importante tener en cuenta que la cantidad de calorías que contiene un producto va a depender de la manera en que lo cocinamos, entonces, algo tan inocente como una papa se puede transformar, con el agregado de grasa en la cocción, en algo letal como es una papa frita envasada", reza uno de sus párrafos.
"En nuestro estudio, las personas que comían más papas también consumían más mantequilla, carne roja y bebidas, alimentos que se sabe que aumentan el riesgo de diabetes tipo 2.
Pratik Pokharel, líder del estudio