Adiós al sueño del hexa: Croacia dio el golpe fuerte y eliminó a Brasil de Catar
El conjunto europeo dejó fuera a uno de los grandes candidatos en esta Copa del Mundo y pasó a semis.
EFE / J.R.P.
Entre lágrimas, desolada, sin hallar explicación a lo que le había sucedido, con sus jugadores en el suelo, la selección de Brasil lamentó otro fracaso, eliminada en cuartos de final por cuarta vez en las últimos cinco Mundiales, sin excusas, empatada en la prórroga en el minuto 116 en un contraataque que jamás debió conceder y doblegada en los penales por Croacia, por una parada de Dominik Livakovic y un lanzamiento al palo derecho de Marquinhos.
Ni siquiera el gol de Neymar, en los descuentos de la primera parte del tiempo extra, le bastó a la más campeona de todas, que se sintió entonces ganadora; demasiada concesión cuando enfrente está un adversario como Croacia, que jamás se rinde, que ha jugado cinco prórrogas en sus últimas seis eliminatorias mundialistas, que renació cuando nadie pensaba aún en que el empate era posible, salvo ella, revivida por el 1-1 de Bruno Petkovic.
Croacia no es Corea del Sur. El grupo dirigido por Luka Modric, futbolista eterno, tan imponente como siempre, no tiembla ante nadie. Ni ante Neymar. Ni ante Vinicius. Ni ante Raphinha. Ni ante Richarlison.
Croacia expulsó a Brasil del paraíso que disfrutó en los octavos de final, abocado a otro tipo de partido; tan distinto, tan ajeno, en el que no basta con un instante de inspiración, una aparición de Neymar, una carrera de Vinicius, un regate de Raphinha o un tiro de Casemiro. Necesita mucho más. Un plan. Una secuencia. Constancia. Un equipo, un bloque, una estructura, por encima de una individualidad o de un único desborde.
En el primer tiempo, Brasil llegó tarde casi siempre. A cada sector. Sin el balón. Y con él. Tan extraño en un equipo del talento personal que tiene a sus órdenes Tite. No se jugó entonces a lo que quiso Brasil, sin terreno para correr, sin espacio para crear, sin ingenio, desconectado del trepidante fútbol que lo transforma en un equipo implacable, sino a lo que prefirió Croacia, que disputó el primer tiempo y más allá que había imaginado y establecido en su pizarra.
Por lo mismo, los noventa minutos terminaron en un empate cero a cero. En la prórroga, Brasil dio el golpe, cuando su figura, Neymar, con una doble pared desbordó a Croacia como no había logrado hasta entonces, en casi dos horas de duelo, para aguantar la pugna con Borna Sosa, sortear al hasta ese momento insuperable Dominik Livakovic y honrar a Pelé, al que alcanzó como el máximo goleador de la historia de la selección, con 77 tantos.
Tampoco así se hundió Croacia, que resurgió del abismo en un contragolpe que concedió Brasil. En el minuto 117, con la ventaja de 0-1, con el partido controlado, con el cansancio de su rival, tal acción, con un remate de Petkovic, que superó a Marquinhos y después a Alisson para forzar los penales, en el que Livakovic paró el primero a Rodrygo, Marquinhos lo estrelló en el poste y Brasil chocó con una realidad está fuera del Mundial que se proponía ganar.
"Estuvimos casi perdidos cuando metieron el gol. Todos nos dieron por muertos, pero hemos mostrado una vez más que nunca nos rendimos. Nuestra fe es enorme. Empatamos y en los penaltis teníamos confianza", dijo el histórico Luka Modric.
Tite, por su parte, no seguirá como DT de Brasil tras el adiós. "Acaba mi ciclo, lo dije hace más de un año y medio", confirmó.
4 veces quedó eliminado, Brasil en los cuartos de final en los últimos cinco mundiales.