Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
"Es bueno contar con una noción para saber de qué estamos hablando cuando nos referimos a este fenómeno". "Según la Convención Belém Do Pará es "cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado".
Claudia Arenas González, - Ministra y presidenta del Comité de Género y No - Discriminación de la Corte de Apelaciones de Arica
Cada 25 de noviembre se conmemora internacionalmente el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Desde hace décadas diferentes organizaciones de mujeres y feministas han venido exigiendo a los Estados garantizar el derecho a vivir una vida libre de violencia. Y esta conmemoración también se encuentra cargada de memoria, ya que recuerda a las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, quienes eran opositoras a la dictadura que atravesaba República Dominicana en los años 60. En ese contexto, fueron perseguidas y asesinadas por el régimen de Trujillo y es en sus nombres que este día nos convoca a pensar y tratar de visualizar las reacciones autoritarias y de poder presentes en nuestra sociedad, así como la fortaleza de la rebeldía feminista. Los feminismos y la perspectiva de género son un lente que nos permite mirar y hacer un escrutinio a la sociedad completa, al sistema de justicia, los medios de comunicación, las familias, sistema de educación, etc.
La violencia contra la mujer no tiene un único significado. Sin embargo, es bueno contar con una noción para saber de qué estamos hablando cuando nos referimos a este fenómeno. Según la Convención Belém Do Pará es "cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado", de ahí que incluya la violencia política, la violencia económica, la violencia intrafamiliar, el acoso callejero, la violencia femicida, entre otras. Una característica importante de esas violencias se relacionan con otras discriminaciones que la acentúan (raza, clase, edad, identidad de género u orientación sexual, posturas políticas, pertenencia a algún pueblo tribal u originario, entre otras). Esto nos recuerda que no hay una sola forma de ser mujer y cada una tendrá experiencias diferentes sobre la violencia que las aqueja.
En un intento breve y humilde de dar a conocer esta problemática, sobre todo en esta fecha, es preciso relevar la urgencia e importancia de la investigación de todas las expresiones de violencia y su sanción. Sin embargo, los esfuerzos no se agotan ahí, urgen mecanismos de prevención y erradicación de esta inaceptable desigualdad que aqueja a millones de niñas y mujeres en nuestro país y el mundo, que no nos permite desarrollarnos en igualdad de condiciones y en tranquilidad.
Toda mujer tiene derecho a vivir una vida libre de violencia y el Estado tiene el deber de garantizar aquello.
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