Chileno acusado por crimen de su exnovia en Francia niega cargos
"Yo no maté a Narumi", dijo Nicolás Zepeda en el primer día del juicio por la desaparición de una japonesa hace seis años, cuyo cuerpo aún no aparece.
D. Gotelli / Agencia Efe
Tras ocho meses estando en prisión preventiva en un centro de detención al este de Francia, el chileno Nicolás Zepeda llegó ayer al Tribunal de Doubs para dar inicio al juicio en su contra por su presunta participación en el crimen de su exnovia japonesa Narumi Kurosaki, desaparecida desde el año 2016 luego de haberse reunido con Zepeda en la localidad francesa de Besançon.
En la primera jornada del juicio, el principal sospechoso negó las acusaciones que los investigadores le imputan. Estos lo acusan de asfixiar a la víctima y cometer un "homicidio voluntario con premeditación" contra la joven, cuyo cuerpo aún no aparece.
"Quiero decir claramente que no maté a Narumi", afirmó el chileno de 31 años, quien calificó la acusación como "monstruosa".
Con voz temblorosa dijo que tras la desaparición de su exnovia ha vivido "una pesadilla", y aseguró tener "presente a Narumi en mis pensamientos, la inmensa pena de su familia, de su mamá. No hay día que pasa que yo no los tenga presentes".
Sus palabras fueron seguidas por la madre y la hermana de la víctima, Taeko y Kurumi Kurosaki, presentes en la audiencia donde por primera vez en la causa cruzaron miradas con Zepeda.
Según la investigación, Zepeda cenó con Narumi la noche en la que se perdió el rastro de la chica de 21 años que se mudó a Besançon el 2016 para aprender francés.
Ambos se habían conocido dos años antes en Japón y entablaron una relación amorosa que terminó unos meses antes del extravío de Narumi. Aquella noche que fue vista por última vez, tras la cena los dos fueron registrados por una cámara entrando en la residencia estudiantil donde vivía la japonesa, de donde luego se vio salir solo al chileno.
Varios estudiantes contaron haber escuchado gritos esa última noche y un "sonido sordo", como de golpes, pero ninguno llamó a la policía.
Zepeda luego estuvo con un primo en España y volvió a Chile, donde fue extraditado en julio del 2020 luego que la Corte Suprema considerara que existían antecedentes "con fundamento serio, cierto y grave" para apuntarlo.