EE.UU. veta importación de petróleo ruso y Chile toma medidas para reducir alzas
"No subvencionaremos la guerra de Putin", dijo el presidente de Estados Unidos al anunciar la decisión. El ministerio de Hacienda chileno decidió modificar los parámetros del Mepco para evitar que la bencina suba $25 mañana.
Leo Riquelme / Agencia EFE
Estados Unidos anunció ayer que dejará de comprar petróleo, gas y carbón ruso, en represalia por la invasión a Ucrania, una decisión que impulsó de inmediato los precios a nivel internacional y que llevó al gobierno chileno a tomar medidas para evitar que los combustibles acá se disparen.
"No subvencionaremos la guerra de (Vladimir) Putin", dijo el presidente Joe Biden, quien admitió que "defender la democracia tendrá costes" para los ciudadanos.
La decisión llevó a que la cotización del barril en el mercado Brent (de referencia en Europa y Asia) subió 6,8%, hasta 131,63 dólares; mientras que el estadounidense WTI se encareció en 6,7%, hasta 127,44 dólares.
"Voy a hacer todo lo posible para minimizar el aumento de precios", añadió Biden, quien comentó que esta crisis "debería motivarnos para acelerar la transición a la energía limpia".
Especialistas explicaron que EE.UU. importa sólo un 8% de la producción de petróleo ruso, pero es una señal de lo que podrían decidir otras potencias. No obstante, Biden admitió que para Europa esto puede ser difícil de seguir, considerando que Moscú les abastece del 28% de sus requerimientos.
Pese a ello, Gran Bretaña informó que reducirá gradualmente las importaciones de petróleo ruso hasta detenerlas por completo de aquí a final de año, un periodo de nueve meses que dedicará a fortalecer vías alternativas de abastecimiento, principalmente a través de Estados Unidos, Países Bajos y Oriente Medio.
Tras los anuncios, en Chile el ministerio de Hacienda anunció que modificará el Mecanismo de Estabilización del Precio de los Combustibles (Mepco) para evitar que se traspasen de inmediato los valores internacionales al consumidor local.
El ministro Rodrigo Cerda explicó que si la variación del parámetro este jueves las bencinas habrían subido 25 pesos y el diesel en 50. Ahora, en cambio, ambas lo harán en 6,7 pesos, en una situación que se repetirá por las próximas 30 semanas.
En medio del acoso de las restricciones occidentales, Putin firmó ayer un decreto de "medidas especiales" que prohiben exportar materias primas o productos estratégicos, a fin de para garantizar "la seguridad y funcionamiento ininterrumpido" de la economía local.
La guerra
En Ucrania ayer se intentaba garantizar la operatividad de los comprometidos corredores humanitarios. En la víspera, un ataque ruso contra edificios residenciales mató a decenas de personas en Sumy, al noreste del país.
Según el Servicio Estatal de Emergencias, la aviación rusa atacó pasadas las 23.00 horas del lunes. "¿De qué tipo de guerra y de qué reglas en general podemos hablar cuando el Ejército ruso mata, destruye, lanzas bombas sobre civiles?", denunció el jefe de la administración estatal regional de Sumy, Dmitro Zhyvytskyy. "Hay muertos, desafortunadamente. Hay niños muertos", agregó.
Más tarde, en la región de Mykolaiv se desataron, después de un bombardeo, 11 incendios, ocho de los cuales afectaron a una zona residencial, los que dejaron al menos cuatro muertos.
Tras los ataques nocturnos, durante la mañana de ayer se ejecutó un alto al fuego y los primeros autobuses y automóviles con civiles de Sumy e Irpis abandonaron la ciudad por el corredor humanitario abierto. Sin embargo, más tarde, el gobierno de Kiev aseguró que las tropas rusas rompieron la tregua y dispararon contra los vehículos en Mariúpol, a orillas del mar interior de Azov.
Ahí, según organizaciones humanitarias, la situación es catastrófica.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió que las personas evacuadas sean llevadas a zonas seguras; en tanto que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informaron que ya más de dos millones de personas han huido de Ucrania.
La gran mayoría de los refugiados están en Polonia, Rumania, Hungría, Eslovaquia y Moldavia, mientras que unos 153 mil han trasladado a otros países en Europa, según ambas organizaciones de la ONU.
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos informó por su parte que ha podido verificar y documentar que 1.335 civiles han resultado muertos o heridos en la guerra, en un recuento que cubre las víctimas registradas entre las 04.00 horas del 24 de febrero y la medianoche del 7 de marzo.
De ellos, 474 personas han muerto en los ataques, entre ellos 29 niños; y un total de 861 han sido heridas, entre las cuales se encuentran 44 menores.
En todos los casos se trata de personas que han sido identificadas, cuyo lugar de muerte y circunstancias han sido corroboradas.
Del total de víctimas, 545 se encontraban en la regiones de Lugansk y Donetsk: 409 en el área controlada por el gobierno ucraniano y 136 en las áreas que corresponden a los territorios secesionistas que poco antes de la guerra Rusia reconoció como "repúblicas independientes". En el resto de Ucrania, las víctimas se elevan a 790.
"No nos rendiremos y no perderemos. Lucharemos hasta el final por mar y por aire, seguiremos luchando por nuestra tierra, sea cual sea el coste", dijo ante los diputados británicos en una videoconferencia el presidente ucraniano, Volodomir Selenski.
De acuerdo a antecedentes entregados ayer por Estados Unidos, en la invasión han muerto entre dos mil a cuatro mil militares rusos.