Covid-19: Una semana difícil

Ha sido una semana difícil en medio de la pandemia que enfrenta la región, tal como lo hace toda la humanidad. En siete días, lamentablemente se registraron siete fallecimientos a causa del coronavirus en la región, sin detallar el aumento de casos activos, también en el mismo periodo superó el millar.

Ayer el informe entregado por las autoridades sanitarias dio cuenta también de un nuevo récord de casos diarios, 687 la región, pero hablar de la región en términos de pandemia es hablar prácticamente de la comuna de Arica. Son más de 40,000 las personas que se han contagiado por el virus en Arica y Parinacota, una cifra que lamentablemente también va en aumento.

Otro indicador preocupante en este momento de la pandemia tiene que ver con la positividad de los exámenes de PCR. Actualmente la positividad semanal alcanza casi el 22% mientras que la positividad diario de los exámenes informada ayer viernes llegó al 23,23%. En términos simples, esto quiere decir que poco más de dos de cada 10 exámenes que se realizan arrojan resultados positivos para el virus.

Evidentemente estamos enfrentando un escenario de circulación viral muy preocupante y en donde a estas alturas las principales medidas están puestas en las personas. Con un índice de positividad tan grande y una expansión tan marcada del virus, la trazabilidad se hace cada vez más difícil, por lo cual el autocuidado se convierte en un imperativo para las personas.

Lamentablemente, los niveles y la capacidad de autocuidado no es la misma para toda la población. Hay quienes tienen como resguardarse en sus hogares, realizar teletrabajo, restringir al máximo su contacto social. Sin embargo, no es el caso de todos, especialmente cuando se trata de sectores menos acomodados o más vulnerables.

Las medidas básicas, aquellas fundamentales se conocen, pero sin duda las autoridades y el Estado tendrán que seguir analizando fórmulas para poder contener el avance del virus, cuando esto va mucho más allá de lo que solamente las personas pueden hacer, cuando no todo depende de ellas.

"Ayer se reportó otro récord de casos diarios y en siete días hay más de mil casos activos más".

Más desocupados

Otro de los sectores que ha visto mermado su movimiento es el de la movilización colectiva. Ahora pasan más vacíos y a veces con un solo pasajero por largo trecho, al estar mucha gente en vacaciones.

Esperanza matemática

La impensada derrota ante Argentina deja a la Roja dependiendo una vez más de la calculadora y el próximo rival, Bolivia, no es nada de fácil, porque la selección altiplánica ha venido desarrollando una buena clasificatoria.

El virus anda suelto

Así como está ahora la pandemia en Arica, es una realidad que cualquier persona puede ser vista como alguien que puede contagiar el virus, especialmente si no es una persona muy cercana. No queda otra que cuidarse.

Mujeres y universidad

Hasta la segunda mitad del siglo XIX, ambas estuvieron muy separadas.

La educación media les daba a las mujeres chilenas una cultura esencial para no planchar en una conversación general y su instrucción consistía en enseñarles a tocar el piano para agradar a las visitas, saber cocinar y preparar ricos postres, y tener habilidad para tejer y coser. Agregarles un título universitario no cabía en las mentes de la sociedad y en caso de que así ocurriera se le anticipaba toda suerte de infortunios al pretendiente que se fijara en una mujer de este tipo porque debía ser muy amachada. De allí que Miguel Luis Amunátegui, Ministro de Instrucción Pública del Presidente Aníbal Pinto escandalizó a la sociedad chilena por autorizar en 1877 a la mujer para ingresar a la Universidad.

A raíz de este decreto la brillante quinceañera Eloísa Díaz Insunza pudo ingresar a estudiar medicina y recibirse de Medico-Cirujano.

Igualmente ocurrió con Ernestina Pérez. Esto escandalizó a los sectores conservadores y el periódico El estandarte católico expresaba: "sustraer a la mujer del hogar para que estudiase leyes no habría sido tanto, pero muy diferente es atreverse una mujer, que debe ser modelo de virtudes, a estudiar cuerpos desnudos…"

Eloísa y Ernestina fueron las dos primeras mujeres en Sudamérica que estudiaron Medicina y una vez graduadas ejercieron su profesión en forma brillante.

Eloísa obtuvo su título profesional el 3 de enero de 1887, y murió a los 86 años en 1950. Ernestina Pérez Barahona, recibió su título el 10 de enero de 1887, siete días después que Eloísa, y murió en 1951. La primera mujer farmacéutica fue María Griselda Hinojosa Flores quien se tituló el 4 de diciembre de 1899. Matilde Throup Sepúlveda (1892) y Matilde Brandau Galindo (1898) fueron las primeras mujeres abogados.

"La educación media les daba a las mujeres chilenas una cultura esencial para no planchar en una conversación.."

Dr. Hernán Sudy Pinto