Leo Riquelme

Haciendo un alto en sus vacaciones como Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la ex presidenta Michelle Bachelet expuso ayer ante la Convención Constitucional su visión sobre los sistemas políticos que requiere Chile.

"Usted es parte de este proceso constitucional", le dijo el vicepresidente Jaime Bassa, recordando que ella impulsó en su segundo gobierno una reforma para crear una nueva Constitución, en que participaron cientos de miles de personas en cabildos que se frenaron cuando asumió Sebastián Piñera.

En su exposición Bachelet expresó que más allá de si se trata de un sistema presidencial o uno semipresidencial -no se mostró muy convencida con un régimen parlamentario-, comentó que un buen gobierno dependerá mucho de la relación que se establezca con la coalición que apoya.

La socialista recordó que en su primera administración gobernó con cinco partidos y en el segundo, siete.

"Créanme, no es fácil. Claro, hay un programa de Gobierno que se apoya, pero después empiezan las necesidades de los parlamentarios, responderle a su base, y a veces, si el gobierno está más o menos, es bueno pegarle al Gobierno aunque sean de tu coalición. No voy a nombrar a nadie, por si acaso, no se preocupen, tengo muy buena memoria sí", bromeó.

Y en lo que puede interpretarse como un mensaje adhoc a los tiempos, añadió que, a su juicio, "los partidos tienen que estar cerca del Gobierno que han apoyado, pero no pueden intentar gobernar al Presidente de la República".

Bachelet evitó aconsejar un tiempo ideal de duración de una administración, recomendó avanzar en la plurinacionalidad y le pidió a los convencionales que "comuniquen más lo que hacen. Yo no sé si la gente sabe lo que están haciendo, si saben o sienten que están teniendo resultados (...) Hay que mostrarle a la gente de qué manera lo que ustedes están proponiendo va a significar un cambio positivo para sus vidas".

Bachelet se reiteró entre aplausos y convencionales oficialistas destacaron el aporte desde su experiencia.

Una casona proporcionada por la Universidad de Chile, ubicada en calles Condell con Obispo Salas, en la comuna de Providencia, es desde ayer la sede en que el Presidente electo Gabriel Boric y su equipo trabajan en la instalación de su Gobierno, que asume el 11 de marzo.

Sin actividades públicas, el próximo jefe de Estado fue visitado por los usuarios de una casa de acogida ubicada frente a la sede, donde moran pacientes que viajan desde regiones a realizarse tratamientos médicos. Las personas, en su mayoría adultos mayores, se tomaron fotografías con el nuevo vecino.

En la tarde a la sede llegó el presidente del PS, Álvaro Elizalde. Antes, el vocero Giorgio Jackson confirmó que ya están en contacto con las fuerzas de la centro izquierda para el gabinete.

"La idea es fortalecer los canales de confianza que ya hemos hecho (...) para tener mayores condiciones de transversalidad", dijo aludiendo a los respaldos que obtuvo Boric en el balotaje.

El presidente del PC, Guillermo Teillier, concedió en que es necesario abrirse más allá de Apruebo Dignidad, pero "no para morigerar el programa, sino que para hacerlo posible de cumplir".

Agregó que esperan tener relaciones con la DC, aunque indicó que no planean incorporarlo en el gabinete, dado que el mismo falangismo ha rechazado la inclusión.