Editorial
Daños en las playas de Arica
Sin duda que es doloroso ver cómo aquellos lugares que pueden ser emblemáticos de Arica y que son de toda la comunidad, sucumben ante la irresponsabilidad de algunos que, de manera egoísta se apropian de bienes que todos debemos cuidar y resguardar.
Esto se puede pensar de lo denunciado esta semana por la municipalidad de Arica, que dio a conocer cómo fue maltratada parte de la infraestructura de playas La Lisera y Brava. Según informó el gobierno comunal, parte de esta infraestructura que ha sido dispuesta para el uso de todos los vecinos, vecinas y visitantes, fue utilizada por algunas personas de la peor manera, incluso, peor que si hubiera sido el patio o el jardín de sus casas.
Desde la municipalidad explicaron que fueron numerosos los daños con los que el borde costero sur amaneció este lunes luego de las celebraciones de Fiestas Patrias, debido a los asados que se hicieron usando para ello las estructuras instaladas en el lugar.
A través de un comunicado, la administración comunal explicó que tanto en playa La Lisera como en playa Brava, personal del Departamento Municipal de Turismo y de la Capitanía de Puerto hallaron destrozos en las pasarelas y muros de piedra.
Específicamente, en La Lisera fueron utilizadas las pasarelas para acceso universal como parrillas, provocando serias quemaduras en la madera. Asimismo, por toda la arena fueron encontrados trozos de carbón quemado y enterrados por los visitantes y fogatas improvisadas en el muro. En playa Brava, los sectores de áreas verdes fueron utilizados por comerciantes irregulares como desagüe para tirar el aceite usado, mientras que una de las barandas del lugar fue robada por quienes armaron locales improvisados durante el fin de semana.
Seguramente, quienes realizaron este tipo de destrozos y maltrato no habrían realizado una actividad así, con tanto descuido, desprecio e irresponsabilidad en sus propias casas. Por eso se espera que las fiscalizaciones y vigilancia por parte de las autoridades se mantengan, pero sobre todo, que sea más la gente que quiera a la ciudad, que aquella que la desprecia.
"No se puede entender cómo hay quienes muestran tan poco aprecio por bienes que son de todos".