Editorial
El fútbol y los procesos
La Copa América ha llegado a su fin y con ella también las ilusiones que había en el fútbol chileno y en la afición en general, por reverdecer los recientes laureles que había conseguido la Roja, cuando se tituló bicampeona del torneo continental.
Es lógico esperar que cada uno de estos desafíos internacionales sean asumidos con el mayor de los optimismos, pensando en alcanzar objetivos que ayuden a reforzar los caminos que se trazan en términos deportivos. Pareciera que sigue habiendo razones para no renunciar nunca a la ilusión.
Es importante tener en cuenta que Chile escribió páginas interesantes de su historia futbolística durante prácticamente una década de la mano de una generación que es de promesa, pasó a convertirse en una realidad. Algo también importante, teniendo en cuenta que el fútbol chileno ha estado llenos de promesas que se han quedado solo en eso.
Sin embargo, a pesar de todas las esperanzas está claro que el fútbol y futuro del fútbol chileno no puede vivir solamente de las ilusiones. Tampoco vive de los recuerdos ni de las grandes campañas realizadas por entrenadores exitosos, como lo fueron Jorge Sampaoli y Marcelo Bielsa.
Y es que la luz de los hechos y de los resultados recientes, el paso de estos técnicos no fue un punto de inflexión, sino que un episodio feliz en la historia reciente del balompié nacional, y por ahora, no más. Sus respectivos pasos al mando de la Roja no pudieron generar cambios fundamentales y estructurales de lo que es hoy nuestro fútbol, que sigue batallando con sus propias carencias en la cancha y fuera de ella.
Este hecho debe llevar a pensar nuevamente en aquella antigua y recurrida palabra en nuestro fútbol, los "procesos", procesos que anteriormente no se vieron bien estructurados y que no dieron frutos esperados.
Es tiempo de que las "generaciones doradas" no sean producto de una circunstancia, como si fueran una cuestión que deparara el destino o la casualidad, sino más bien, que sean el resultado de una planificación seria, realista y adecuada, que finalmente permita hacer realidad nuevas ilusiones.
"El fútbol chileno no puede vivir de circunstanciales "generaciones doradas" que lo impulsen".