Editorial
Contaminación por mascarillas
Más allá de que en Arica durante la pandemia la contaminación debido a microbasurales ha aumentado, hay otro tipo de desperdicios que han ido apareciendo hasta en los lugares más distantes, donde el lamentable impacto de las actividades humanas alcanza a hacerse presente.
La contaminación debido a las mascarillas ha recrudecido. Aquellos accesorios que desde el año pasado aparecieron como un elemento indispensable para la protección ante la presencia del coronavirus, hoy se están transformando en una especie de lastre en términos ambientales.
Antes en las calles era posible ver todo tipo de papeles, envoltorios, plásticos, botellas. Ahora, se suman también las mascarillas, muchas desechables, otras de tela y otros materiales, que se reparten hasta en lugares donde el viento las lleve, o simplemente a donde la irresponsabilidad humana las distribuya.
A principios de este año, el Ministerio del Medio Ambiente propuso una campaña destinada a frenar este tipo de contaminación y sacarla del actual panorama. Hay que tener que una de las primeras formas de contaminación de las mascarillas usadas tiene que ver con la propagación del virus. Uno de estos elementos botado en la calle, usado, puede ser una eventual fuente de infección.
Sin embargo, hay otro tipo de contaminación que puede quedar como un amargo recuerdo de esta pandemia incluso, cientos de años después de que esta crisis sanitaria haya terminado. Y es que de acuerdo al Ministerio del Medio Ambiente, debido a que están hechas de elementos plásticos, tardan alrededor de 450 años en degradarse, contaminando gravemente el medio ambiente si no se botan de forma adecuada.
Además, debido a su peso, el que una mascarilla se bote o se caiga en la calle o en el patio de una casa, puede significar que la misma termine a kilómetros de dicho lugar.
Es por eso que hoy es muy importante que la población tome en cuenta que botar una mascarilla en la calle no es algo simple ni sin importancia. Se requiere del compromiso y de la responsabilidad de todos para evitar la "pandemia de la basura".
"Las mascarillas tardan alrededor de 450 años en degradarse".