"Si hay tercera ola espero que sea menor a esta. Estamos al límite"
Dirigente intensivista se tranquiliza al ver que cifras de casos covid en UCIs empiezan a bajar y cree que puede ser el inicio del fin del rebrote, pero teme que el exceso de confianza recrudezca los contagios cuando la ocupación crítica sigue alta.
Diego Gotelli C.
Abrir los recientes reportes pandémicos del Minsal le ha traído algo de tranquilidad al doctor Darwin Acuña. Para el presidente de la Asociación Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi), que en las últimas semanas el número de pacientes con covid hospitalizados graves comenzara a bajar les permite pensar en que podrían estar viendo "la luz al final del túnel" de esta segunda ola, que llevó al país a tener un peak de 3.406 infectados en UCIs hace 14 días. Hoy rondan los 3.100.
"Estamos lentamente avanzando hacia el fin de la segunda ola", afirma el dirigente, quien asegura que con el recrudecimiento que se vive desde marzo la red crítica ha vivido una situación "que Chile nunca había enfrentado", llegando a habilitar más de 4.500 camas para dar abasto a los requerimientos, números que superan los proyectados para el rebrote.
¿Cómo están ahora las UCIs?
El contexto sigue siendo complejo. Estamos trabajando con una cantidad de camas que está muy aumentada y siguen muy ocupadas. Los pacientes covid están muy altos. No hay que bajarle el perfil a esa situación. Pero durante los últimos días han estado bajando los requerimientos de camas y las hospitalizaciones un poco, probablemente como impacto de las medidas sanitarias y la disminución de los contagios.
¿Ahora ya pueden dejar de abrir camas extras, como se ha hecho casi a diario en el rebrote?
Se hizo un esfuerzo sobrehumano, se abrió mucho más de lo que pensamos y ahora con esta baja de requerimientos ya estamos en una situación en que probablemente no vamos a requerir abrir muchas más camas. No sabemos cuánto tiempo más tendremos que quedarnos con las que están abiertas, pero afortunadamente la demanda por abrir camas ya está disminuyendo. Pero esto sigue estando en una situación muy crítica. No es que estemos liberados y cerrando camas. Si vas a los grandes hospitales de Santiago, el Barros Luco, el Sótero (Del Río), ellos todavía están muy ocupados.
¿Cómo recibe el personal crítico estas nuevas cifras?
Genera tranquilidad. Esto debería en algún momento llevarnos a una situación más basal en las UCIs. Pero también preocupa porque cualquier señal de alivio debe ser interpretada y comunicada de una buena forma, para que la gente entienda que mientras no tengamos una inmunidad de rebaño efectiva la pandemia va a seguir muy latente y la posibilidad de infección y de enfermar de forma grave va a seguir estando viva.
¿Preocupa la confianza?
Nos genera mucho temor porque los rebrotes pueden ocurrir. Si hubiera un rebrote muy rápido de casos, que nos llevara nuevamente a nueve mil (contagios diarios) eso impactaría en las UCIs. Además lentamente van a ir aumentando los pacientes no covid por quienes empiezan a salir de sus casas tras la cuarentena, que empiezan a producirse más traumas producto de accidentes automovilísticos, también con complicaciones de enfermedades crónicas. Hemos visto que en países de Europa van como en la cuarta ola y acá en Chile puede ser también lo mismo.
¿La red crítica podría soportar una nueva ola?
La mentalidad del personal de salud es increíble. Nosotros estamos todos cansados, nos cuesta levantarnos, el equipo termina mucho más agotado que antes, pero el compromiso sigue siendo el mismo. Nosotros tenemos una vocación de servicio con nuestra gente y no podemos dejar que un paciente se muera por falta de atención. Si llega una tercera ola, ni Dios lo quiera, hay que trabajar y darle no más, pero sería justo que todas las medidas que se tomen y el comportamiento de la población sea lo suficientemente coherente para que no nos lleve a eso.
¿Y la infraestructura daría abasto ante otra recaída?
En este momento con las 4.500 camas estamos al límite. Cuando pensaban llegar a 5 mil o 6 mil camas a mí me parecía prácticamente imposible, por un tema de infraestructura, por el personal (en cantidad, no en compromiso). Lo encontraba muy complicado. Así que la tercera ola, si se produjera, espero que sea igual o menor a esta, porque la situación interna es muy compleja para pensar en abrir 5 mil o 6 mil camas.
¿Cómo han visto el impacto de nuevas olas en el mundo a nivel de la red crítica?
Hay casos diversos. En Israel consiguieron una inmunidad de rebaño, lo que les permitió bajar mucho los contagios e ingresos a UCIs, tanto así que casi están volviendo a la vida normal. Y hay casos como España, que han tenido baja inmunidad y han optado libremente por hacer la vida más normal, por lo tanto están más expuestos a más olas con casos altos y con ocupación de UCIs altas. Todo va muy de la mano con la política país de cómo enfrentar la pandemia
Y con la realidad chilena, ¿cómo nos podría golpear?
Si seguimos con la lógica de que la inmunidad por vacuna disminuye el riesgo de ingreso a UCI, el rimo de vacunación de Chile debiera tener un impacto en la ocupación. Esperemos que cuando pudiera producirse una tercera ola a esa altura mucha más población esté vacunada. Pero es preocupante la situación de Magallanes, que teniendo un alto porcentaje de población vacunada está experimentando una tercera ola. Ellos nuevamente están con una ocupación alta de camas e incluso se han tenido que producir traslados nuevamente de pacientes a otras regiones.
¿Eso podría cambiar las proyecciones de control de la pandemia mediante la vacunación?
Es que ahí hay que ir al análisis de la población enferma. El primer resultado que mostró la vacuna Sinovac era bastante positivo, entonces hay que ir viendo en los lugares que se esté dando una tercera ola quienes son los nuevos enfermos, si estaban vacunados o no, si los que cayeron a UCI son los no vacunados, cómo fueron los contactos… Hay que tener más datos.
"Los requerimientos de camas están bajando, pero las UCIs todavía están con un alto nivel de ocupación. Hay que cuidarse mucho.