El mar amenazado

Cada año, al iniciarse el verano y con la llegada de las lluvias estivales, la población ariqueña que tiene mayor conciencia ambiental, lamenta el estado en el que se encuentran sectores como el lecho del río San José, que a pesar de los operativos que se realizan para limpiarlo, finalmente termina transformándose en el camino natural para que cuando la quebrada baje, se lleve toda la basura que en el lugar se deposita termine contaminando la costa ariqueña.

Lamentablemente, todo indica que no existe una plena conciencia respecto del perjuicio que el ser humano le está ocasionando a los océanos y a la vida que los mares cobijan. Y en el caso de nuestro país, y especialmente en Arica, esta visión negligente y contemplativa es tremendamente grave, debido a la extensión marítima que tiene Chile y la transversal importancia que reviste nuestro mar.

Es triste el hecho que también esta realidad no es una cuestión particular de Chile, sino que ocurre en todo el planeta e incluso, en ciertas latitudes con efectos graves, debido a la intervención directa del ser humano, o a la acción indirecta de la humanidad, como principal causante de fenómenos como el cambio climático.

Un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, sigla en inglés) sobre el estado de conservación de los lugares naturales declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dio a conocer hace unos días que Gran Barrera de Coral en Australia, el mayor entorno de este tipo en el planeta, ha pasado de estar en situación de "preocupación significante" a "crítica", la peor calificación de conservación, debido a su deterioro causado principalmente por la crisis climática.

El deterioro del entorno también ha provocado una disminución de la población de fauna y flora, incluidas las de diversas especies de tortugas, delfines y tiburones.

De manera similar, la basura que llega a las costas ariqueñas perjudica notoriamente a la fauna, por ejemplo, a las tortugas marinas que frecuentan nuestras costas. Es por eso que se hace urgente crear una nueva conciencia ambiental al respecto.

"La intervención humana directa o indirecta está poniendo en riesgo la vida marina en el planeta.

Pequeño prodigio

Han pasado dos décadas ya de su deceso. Y mucho más desde que se desempeñara como obrero en el ferrocarril Arica a La Paz. Y aunque siempre fue un excelente proveedor (vivíamos la realidad, de cualquier familia modesta, y nunca nos faltó otra cosa que su cariño), al interior del hogar ejercía su autoridad con la despiadada reciedumbre de un dictador voluntarioso.

Las diferencias, entre mi padre y yo, se arrastraban desde siempre y, para mi desconcierto, parecieron acrecentarse cuando fueron evidenciándose los primeros signos de su decadencia física, y su carácter autoritario y severidad se fueron mitigando.

Años después, cuando agonizaba, vine a comprender el porqué de mi compleja conducta hacía él. Había pasado tanto tiempo sometido a su poderío, tan impresionado por su despotismo y fortaleza que -muy a despecho de mis antiguos rencores- no me resignaba a la cruda visión del gigante caído. Con un mar infinito pugnando por abandonar mis ojos, hube de admitir, muy dentro de mí, que prefería al ogro antes que al títere desmadejado, en que la vida lo convirtiera.

Hoy, a veinte años de su desaparición, se me viene a la memoria un pequeño prodigio, sucedido ese día. Un reloj, por el cual se regían nuestros afanes cotidianos, se detuvo en el momento preciso en que dejó de existir. Esa madrugada, todos los presentes -familiares y amigos cercanos- comentábamos extrañado lo sucedido, cuando nuestro primigenio desconcierto pasó a decidido asombro, al ver que las manecillas empezaban a girar en sentido contrario, y volvían a detenerse a las 03:29 A.M., hora exacta de su muerte. El reloj (barato, de loza, alojado en la figura de un faisán azuloso y brillante), aún sigue allí. Quizá recordándonos con su mudo tic-tac que, de poder volver en el tiempo, mi padre intentaría hacer las cosas de manera distinta.

"Las diferencias, entre mi padre y yo, se arrastraban desde siempre...".

Carlos Morales Fredes, Escritor

De la tierra al barro

Los numerosos hoyos tapados con tierra en las calles de Arica ayer aparecieron convertidos en lodazales, en distintos sectores. Este es un problema que se debe revisar, fiscalizar y remediar.

Adelantada

Las lluvias por lo general tienden a llegar hacia bien entrado el verano, sin embargo esta vez a los pocos días del inicio de la temporada ya se han hecho presentes. Hay que estar atentos a estas lluvias estivales.

Ni con el agua

Con lluvia y todo, los fuegos de artificio y petardos no pararon en las noches ariqueñas. Autoridades ya están haciendo llamados a tomar conciencia respecto de los riesgos que reviste la manipulación de estos elementos.