Leo Riquelme

Esta semana comenzó el proceso de vacunación contra el coronavirus en Argentina y Bielorrusia, los únicos países del mundo fuera de Rusia que se han atrevido a inocular a su población con el fármaco creado por el moscovita Centro Gamaleya: la Sputnik V.

Según el Fondo Ruso de Inversión Directa, unos 50 países han expresado su interés por adquirir el fármaco, entre los que están Brasil, Venezuela, México, Egipto y Hungría. Este último incluso ya tiene 6 mil dosis en su poder, según confirmó ayer su ministerio de Relaciones Exteriores, que indicó que podrían comenzar a aplicarla el próximo año, "si la vacuna resulta segura y eficaz".

Esa postura se basa en la escasez de información científica que han proporcionado sus desarrolladores desde que la inscribieron en agosto, luego de probarla en unas decenas de pacientes.

La inquietud persiste incluso en Argentina, donde ayer comenzó su aplicación. Las primeras personas en recibir la dosis inicial fueron un enfermero y un funcionario de aseo del Hospital San Martín de La Plata, en tanto que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, fue el primer político inoculado en el país.

"Hoy es el principio del fin de la pandemia en la Argentina. Orgulloso de haber puesto el hombro", tuiteó el economista y exministro kirchnerista.

Argentina recibió el fin de semana 300 mil dosis de la Sputnik V y espera una segunda partida para mediados de enero.

En Bielorrusia, en tanto, el ministerio de Salud informó el inicio del proceso y el Fondo Ruso de Inversión anunció que el próximo mes comenzará a producir sus envases en ese país, como parte de un plan para producir 1.200 millones de productos durante el próximo año.

Esta semana, Moscú comenzó su vacunación a los mayores de 60 años, luego que sus encargados aseguraran que en ese segmento su eficacia es de 90%, algo hace unas semana estaba en duda.