Editorial
Respuestas de la naturaleza
De muchas las muchas lecciones que esta pandemia nos ha dejado, una de las más particulares tiene que ver con el impacto que tiene la actividad humana en el medio ambiente que nos rodea, particularmente en los distintos ecosistemas de las especies y sus hábitat. Imágenes de la reaparición de animales en distintos puntos del planeta e incluso, la visita de tantos otros hacia zonas pobladas, hoy aparentemente abandonadas debido a medidas de confinamiento, confirma una realidad: muchos animales han buscado recuperar aquellos espacios que en algún momento los humanos les quitaron.
En Santiago, por ejemplo, los avistamientos de pumas en algunos sectores pasó de ser de un hecho sumamente excepcional, a una situación que ha repetido episodios y ha exigido a los organismos competentes tomar acciones, para poder recuperar y devolver a los animales a sus entornos más seguros, junto con proteger a las personas.
Desde Tailandia, por ejemplo, se suma un sobrecogedor reporte que da cuenta de que incluso los cangrejos ermitaño han tenido que buscar los elementos más increíbles para tener su tradicional "casa", debido a que la sobrepoblación los ha dejado sin conchas en donde cobijarse.
La ausencia de turistas en este país le ha dado un respiro a la naturaleza y ha permitido que delfines sean avistados en alta mar, que tortugas marinas hayan regresado a las playas para desovar o que corales hayan vuelto a crecer, debido al cierre de fronteras que evitó la llegada de turistas.
Nuestra región no ha estado ajena a esta dinámica. Hace unos días, por ejemplo, la falta de uso de la cancha principal en el estadio "Carlos Dittborn", hizo que fueran las aves las que se transformaron en sus principales visitantes. Algo similar ha ocurrido en el borde costero, particularmente en el Humedal del Río Lluta, donde la falta de visitas también le ha dado un respiro a la naturaleza.
Estos hechos deben llevarnos a la reflexión, respecto a la convivencia que los humanos tenemos con los animales, y cómo a veces acciones u omisiones tan pequeñas pueden tener impactos tan grandes en lo ecosistemas.
"La pandemia ha dado un respiro a la naturaleza, cuando los humanos no intervienen el entorno".