Aceituna de Azapa pasa por un amargo momento
El fruto ha dejado de ser rentable y compite a diario con la versión peruana. Asociación busca estrategias para impulsar la producción local.
A más de la mitad se ha reducido la cantidad de hectáreas disponibles para el cultivo de aceitunas en el último tiempo. Según comentó el seremi de Agricultura, Jorge Heiden, de 1.200 hectáreas disponibles hace diez años, actualmente no quedan más de 600.
Esto se debe a que el producto dejó de ser rentable para los agricultores del valle, dando paso a plantaciones de hortalizas, en las que predomina el tomate, alcanzando cerca de mil hectáreas para su producción.
"Lamentablemente, la gente no puede vivir del romanticismo, sino que necesita un producto que sea rentable. Nadie se acuerda, por ejemplo, de la caña de azúcar que existió antes de los olivos. Que varíe la producción es algo natural que pasa en todas partes cuando algo deja de ser rentable", explicó Heiden.
El seremi agregó que en Perú la aceituna ha alcanzado un verdadero 'boom', triplicando las hectáreas destinadas al cultivo del fruto, lo que ha convertido al producto peruano en una competencia.
El seremi de Economía, Cristian Sayes, coincidió con esta apreciación. "La aceituna que ingresa desde Perú es una fuerte competencia, ya que posee menores exigencias sanitarias y mano de obra más barata, por lo que ingresa también más económica".
No es lo mismo
Sayes destacó que si bien, no es la misma aceituna que la azapeña, algunas veces llega con esa denominación de origen o pasa por procesos para transformarla en un producto sin amargo.
Otro factor que incide en la baja es el alto costo de producción del fruto, que permite que finalmente, prevalezcan otros cultivos como los frutales.
"La denominación de origen ha sido bien potenciada por algnos agricultores, así como el aceite de oliva. El gran tema es que cada agricultor toma la decisión de sus tierras y nadie los puede obligar a que mantengan olivos milenarios si es que no está siendo rentable", dijo.
Gourmet
Desde hace algún tiempo, la Asociación de Olivocultores de Arica (Asova) ha buscado entregar una identidad gourmet al producto, con el fin de salvaguardar su producción local.
Para Roxanna Gardilcic, presidenta de la asociación, junto con la baja que se observa desde hace años, la venta de las aceitunas sufrió un nuevo traspié a propósito de la pandemia por covid-19, en donde ha existido menor comercialización del producto. Sin embargo, los miembros de Asova continúan elaborando estrategias para el rescate del fruto.
"Vislumbramos un buen escenario a futuro. Estamos viendo cómo postular a proyectos que nos beneficien, haciendo capacitaciones y un levantamiento respecto a marcas, páginas web, logos, etc.".
Junto con convertir la aceituna en un producto gourmet, piensan impulsar el olivo-turismo, siendo parte de una ruta que impulse el turismo local. "Queremos que visiten las parcelas, prueben las aceitunas y conozcan sus beneficios", acotó.