Lee revive las marcas de Vietnam
El viernes se estrenó en Netflix "5 Sangres", película del director neoyorquino Spike Lee, que llega en medio de las revueltas por la muerte de George Floyd.
Si algo ha caracterizado al Spike Lee de los últimos veinte años es su capacidad para releer la actualidad con agudeza. No es que antes no lo hiciera. Películas emblemáticas y vigentes como "Haz lo correcto" (1989) o "Jungle Fever" (1991) siguen siendo capaces de representar los vicios y contradicciones de una nación. Sin embargo, desde "La hora 25" (2002) -con sus guiños a la caída de las Torres Gemelas- sus obras se han vuelto más reactivas a la coyuntura, se han convertido en comentarios sociopolíticos sin tapujos, mezclando la ficción con archivos documentales que aportan matices y vislumbran el pasado a la luz del presente. Así es el caso de la oscarizada "El infiltrado del KKKlan" (2018), basada en el caso de un policía que logró inmiscuirse en una facción del Ku Klux Klan y que Lee conecta con el resurgimiento de los supremacistas blancos en la era Trump.
"5 Sangres", estrenada hace dos días en Netflix, no es menos contingente. Debuta en medio de las marchas que desató el asesinato de George Floyd en manos de un policía blanco. Iba a proyectarse en Cannes, pero la cancelación del festival la relegó al streaming en tiempos del movimiento #BlackLivesMatter.
Lee construye una película de aventuras que no está exenta de una crítica histórica. Todo comienza con una frase de Muhammaad Ali ("Mi consciencia no me deja dispararle a mi hermano ni a alguien de piel oscura, pobre o hambriento") y una revisión dinámica a las luchas sociales de los años 60 y 70 que se detiene en Vietnam.
De ahí pasamos a la presentación del conflicto: cuatro veteranos de guerra afroamericanos deciden regresar al país del Sudeste Asiático con el fin de buscar los restos del jefe de su pelotón (Chadwick Boseman), además de un tesoro enterrado. Paul (Delroy Lindo) -a quien acompaña su hijo (Jonathan Majors)-, Otis (Clarke Peters), Eddie (Norm Lewis) y Melvin (Isiah Whitlock Jr.) irán profundizando en el pasado -y en las causas del deceso de su compañero- mientras se enfrentan a nuevas adversidades propias del ejercicio de género que el director realiza en beneficio de la entretención.
A los misterios del pasado y los peligros del presente se suman las desavenencias y paradojas al interior del grupo de amigos (uno de ellos, el más ambicioso, votó por Trump y usa un gorro con el slogan "Make America Great Again"). Entre estas dos madejas temporales, Spike Lee conecta la Historia con las circunstancias actuales en una obra cinematográfica que denuncia la guerra, el racismo y la importancia de la unidad en tiempos difíciles.
No hay que esperar demasiadas sutilezas de parte de un cineasta que arremete contra el poder y la injusticia con la frontalidad enérgica de un cantante de hip-hop. Sí podemos esperar una factura visual impecable (en alta definición para retratar el presente y con visualidad granosa en las alusiones al pasado) y un soundtrack compuesto e interpretado por el jazzista Terence Blanchard, colaborador habitual de Lee desde "Jungle Fever".
"5 Sangres" se suma así a los reclamos de un mundo que parece cansado de abusos que, para el director, no son más que males estructurales que se repiten con la dinámica del eterno retorno.