Desafíos
Toda la información que circula en el ambiente periodístico está enfocada en las disposiciones que el Gobierno establece, ya sea informando de las medidas mitigadoras con bonos, apoyos económicos, garantías del Estado para créditos y en lo mínimo entregando paquetes de alimentos para las familias más desvalidas. A veces la oposición política reclama por lo exiguo de la ayuda y pide más generosidad del Gobernante para acudir especialmente para las clases de trabajadores que, aunque recibirán el aporte de cesantía, de modo alguno resuelve el tema de fondo que es no tener ingresos para soportar por mucho tiempo la paralización. Ya se están manejando cifras de aumento rápido de la cesantía que fuera de las cifras esgrimidas y, en algunos casos cuestionadas lo concreto es que el trabajador o trabajadora no tiene el dinero suficiente para comprar y llevar a su hogar los alimentos necesarios para la subsistencia del grupo familiar incluido, los padres de edad que han acogido. Cierres del comercio, ferias, pequeñas y grandes empresas dejan sin trabajo a miles de ciudadanos. Y allí comienza la discusión entre los expertos que a estas alturas aparentemente no lo son tanto, ya que nadie es conocedor de esta Pandemia y las medidas se van aplicando en el transcurso del desarrollo de este virus el CORONAVIRUS más conocido como COVID-19.
Pero, pasado este tiempo y cuando se abran las fronteras deberemos recibir a extranjeros sin distinción? Cuáles serán las medidas para evitar que ingresen a nuestro país personas infectadas? El número de extranjeros en nuestro país ya supera el millón de personas de las cuales una minoría ha aportado con su conocimiento a mejorar el estándar de vida; la otra mayoría escapando de las condiciones infrahumana, corrupción de sus gobiernos y anhelando el sueño de tener acceso a la educación, salud y últimamente una vivienda, viven esperanzados en cite y realizando trabajos de subsistencia, pero siendo una carga para nuestro Estado. Pero; y los infectados, como los detendremos en nuestra frontera, están las disposiciones más que protocolos obsoletos para evitar su ingreso. Como los devolveremos a sus países de origen si ya están en nuestros Complejos fronterizos y como resolveremos para aquellos que pasan por los pasos no habilitados que siendo sorprendidos acuden a instituciones que los defienden y obligan a nuestras autoridades a aceptar su ingreso bajo la premisa de evitar el trato inhumano.
Esto es la punta del iceberg que nos enfrentaremos ya no directamente con el COVI 19 sino, con las consecuencias que está dejando. La sociedad será remecida y la ciudadanía si es inteligente sacara lecciones para tener autoridades y directivos que manejen con mayor conocimiento y experiencia situaciones por la que estamos pasando.
Ricardo Ortiz Pérez