"Ahora tenemos más de un año de preparación y acá estamos esperando"
María José Mailliard confía en sacar provecho al mayor tiempo de preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio.
Tomás Moggia C.
Apenas se enteró de la noticia, María José Mailliard quedó nocaut. No lo podía creer, haber clasificado casi un año antes a los Juegos Olímpicos poco había servido. Ahora, de un momento a otro, debía reinventarse y planificar nuevamente el ciclo de entrenamientos para llegar en óptimas condiciones a la cita de los anillos, esta vez Tokio 2021.
Hoy, esas primeras sensaciones de frustración e impotencia han comenzado a quedar atrás para dar paso a la paz mental, pero también a una ilusión que parece a prueba de todo, incluso de la pandemia.
Como una forma de despejarse un poco, la canoísta viñamarina sumó un nuevo reto: acaba de integrarse a la carrera de entrenador deportivo profesional en la Universidad de Viña del Mar. Antes abandonó ingeniería comercial, pero esta vez aclara que "esto es lo mío", ya que a futuro quiere ser entrenadora de algún equipo de canotaje, sea en Chile o en el extranjero.
Mailliard tendrá poca competencia este año producto del coronavirus. De hecho, los eventos hasta junio se suspendieron, y sobre los del segundo semestre no hay mucha certeza. El foco estará en entrenar.
Desde esta semana la atleta arrancará con un ciclo totalmente nuevo. Es por ello que sólo está remando tres veces a la semana en el tranque La Luz (Placilla), que queda a escasos minutos de su casa, y el resto de las sesiones las divide en su hogar entre trabajos en bicicleta, ergómetro (máquina que simula la acción de remar) y de fuerza con implementos que se trajo desde el Centro de Entrenamiento Olímpico de Curauma.
Claro que el coronavirus sigue poniendo vallas. "Es complicado y aburrido igual, porque estoy sola", cuenta luego que su compañera en el bote que corre en C2 500 metros, Karen Roco, se fuera a Constitución con su familia. "Se va a quedar allá hasta que se calme todo. Si vuelve es peligroso para mí y el 'profe' (Evidio González)", explica Mailliard.
A la espera de unos nuevos botes, la doble medallista de los últimos Juegos Panamericanos vuelve a insistir en que desde noviembre que viene esperando por una implementación acordada en el plan olímpico: un Refloton, para medir niveles de cansancio, ruptura muscular y otros indicadores; una polea para hacer ejercicios específicos en tierra; y unos espejos para el uso del ergómetro. Las excusas son miles, pero una cosa es clara: el reloj sigue corriendo.
"No es lo mismo tener la implementación un año antes que dos días previos a los Juegos Olímpicos. Ahora tenemos otra oportunidad, más de un año de preparación, y acá estamos esperando", afirma Mailliard con molestia.
Y no es para menos viniendo de una atleta que clasificó a Tokio tras quedar cuarta en la final del C1 200 metros en el Mundial de Hungría, con un tiempo de 50,09 segundos, a 0,78 de la ganadora, la estadounidense Nevin Harrison.
"Yo tengo posibilidades de medalla y no lo están valorando", esgrime Mailliard, quien a fines del año pasado incluso le ganó en la Supercopa de China a la norteamericana.
Pero más allá de todo eso, la viñamarina asegura estar contenta y tranquila a la vez. "Me saco el sombrero con esta ministra (Cecilia Pérez). En toda mi carrera deportiva, es la única que realmente he visto que se ha movido por nosotros", dice, recordando el rápido actuar de la secretaria de Estado para ayudarla cuando se quemó el CEO, y apoyando en la compra de botes nuevos y la construcción de un techo para protegerlos del sol.
De hecho pendiente tiene Mailliard y otros deportistas clasificados a Japón una videoconferencia con Pérez donde la viñamarina quería abordar la posibilidad de redistribuir la plata de los premios por medallas, que no podrá entregarse dado que no hay competencias. O bien, otra opción es dar un bono especial a los atletas que irán a los Juegos Olímpicos. Ella dice que en premios solía percibir entre 16 y 26 millones de pesos, y hoy no cuenta con ese dinero, que también le servía para su preparación.
Pero pase lo que pase, Mailliard hoy muestra una fe inquebrantable. Ahora ve este año extra que le cayó del cielo como una oportunidad.
"Recién llevo un año compitiendo en 200 metros, porque no sabía que era buena en esa distancia. Fue una sorpresa y hoy es la prueba con más posibilidades. Jamás pensé en otra cosa que no fuera el dobles, pero hoy hablo del single y después del doble. La prioridad va a ser el bote individual. Hay muchas cosas que tengo por mejorar en el 200".
Los resultados y las medallas la avalan. "El otro día en un control hice 46,9 segundos, que es un tiempo de una final del mundo. Ando muy bien", reconoce.