Órgano indiano de Belén: el desafío de reconstruir la historia sonora de una fe
Instrumento de valor patrimonial será reconstruido al alero del proyecto de restauración del templo de San Santiago de Belén.
Redacción - La Estrella
Por décadas indeterminadas, aún, habría estado "mudo" el órgano indiano de Belén. Quien fuera el protagonista de dar sonoridad a las ceremonias al interior del templo, hoy sólo es restos de tubos y maderas, siendo testigo silencioso de cientos de festividades, funerales y sismos, desde un rincón de la Iglesia San Santiago de Belén, localidad ubicada a 3.729 msnm en la pre-cordillera de Arica y Parinacota, a 143 kilómetros al este de Arica.
No obstante, el órgano será reconstruido, al alero del proyecto de restauración del templo de San Santiago de Belén, mandatado por el Gobierno Regional y subejecutado por Fundación Altiplano, en el marco del programa Puesta en Valor del Patrimonio (PPVP-SUBERE), como parte de la recuperación patrimonial de los bienes culturales de la reparación del edificio declarado Monumento Histórico según decreto Nº 451 del año 2012.
Reconstruir la historia
Un meticuloso y desafiante trabajo inició Carlos Valdebenito, músico organista y el único maestro organero certificado del país con 25 años de experiencia en restauración en el país y en el extranjero, quien a mediados de febrero se trasladó de Olmué a Belén para comenzar la reconstrucción de uno de los dos órganos indianos en la Región.
Una vez que el Comité de Mayordomos y Colaboradores, instancia representativa de la comunidad local entorno al templo que participa de los avances del proyecto, aprobó la restauración del órgano, Valdebenito procedió a inspeccionar y trasladar lo que queda del otrora instrumento de viento que poseía un teclado de 41 notas con de más de 100 tubos.
"Es un trabajo de varias etapas y múltiple. Partimos con el embalaje y traslado a nuestro taller en Olmué de las piezas del órgano original, del que quedan cuarenta tubos que servirán para replicar lo que falta. Luego trabajaremos la restauración de la mecánica, partes internas del órgano, el mueble, tubería que falta, los fuelles; y para eso debemos hacer investigación de órganos similares en Chile", explicó Valdebenito quien estimó nueve meses el tiempo de reconstrucción.
Órgano
El especialista mencionó que el instrumento correspondería a la organería indiana de la segunda mitad del siglo XVII. Probablemente fue construido por alguien de la zona, pues era común en las misiones católicas andinas, los sacerdotes evangelizaban acompañados de plateros, músicos y fabricantes de instrumentos.
"Las iglesias mayores, donde había misiones continuas, tenían este tipo de órgano que era acompañado de arpa, violines y niños cantando, llamados seises, dicho conjunto era la denominada capilla musical. En el caso del órgano de Belén se nota que fue muy usado pues las teclas que hallamos están bastante gastadas", dijo el experimentado maestro.
Según el Archivo Arzobispal de Arequipa, en el año 1850 un inventario describe las iglesias de Santiago y Candelaria en el pueblo de Belén, donde menciona que: "El Coro con valaustreria [balaustrada] de madera, bastante maltratada, un Órgano con falta de muchas flautas, y un fuelle, la puerta descompuesta".
Valor patrimonial
Valdebenito resaltó que la reparación del órgano "sentará un precedente" por el nivel de daño en que fue hallado. Además, se aventuró señalar que estaría sin uso por más de cincuenta años y habría sido restaurado en varias oportunidades por la presencia de tubos que no son los originales.
La reconstrucción del órgano tiene "un altísimo valor patrimonial. Hay una memoria de cómo se hacían las cosas en una época, este instrumento de raíz española del renacimiento está al servicio a un determinado tipo de música que hoy ya no se hace ni escribe… estamos reconstruyendo la memoria histórica", concluyó Valdebenito.
Comunidad
Cabe consignar que, en el proyecto de reconstrucción del instrumento, la comunidad es vital, tanto para la recuperación histórica, como para conocer in situ el trabajo de restauración. Es por ello que durante la ejecución se tiene considerado actividades abiertas a la comunidad y a las niñas y niños del poblado, con el fin de dar valor patrimonial al órgano que, tras décadas de silencio volverá a dar sonoridad a las ceremonias tradicionales de Belén.