Aprenda a hacer estos emblemáticos panes de la cocina chilena
El pan amasado, las churrascas e incluso las tortillas de rescoldo se pueden preparar en casa.
Natividad Espinoza R.
Uno de los alimentos favoritos de los chilenos es, sin duda, el pan. De hecho, la Federación Chilena de Industriales Panaderos indica que cada habitante de este país come un promedio de 90 kilos al año.
Quizás es producto de este fanatismo el que aquí existan tantas formas de preparar esta comida, con recetas deliciosas y emblemáticas. Es el caso del pan amasado, el integral, la marraqueta, la hallula, la tortilla de rescoldo y la churrasca, por nombrar algunas.
¿Lo mejor? No son difíciles de preparar, se pueden hacer perfectamente en casa y sus bases sirven, a su vez, para otras preparaciones.
El director de la Escuela de Gastronomía de Universidad de Las Américas, Joel Solorza, explica a este diario que, por ejemplo, la masa de pan amasado es la misma que se usa para hacer tortillas con chicharrones, mientras que la base para hacer hallullas es la misma que la de los bocados de dama, cachitos y colizas.
Origen del pan chileno
La mayoría de los panes que hoy se comen en Chile tienen varios siglos de antigüedad. Un ejemplo de esto es el amasado, que de acuerdo al técnico panadero de Puratos, Iván Gutiérrez, data desde antes de la llegada de los españoles.
"Los pueblos originarios como los aymara, diaguitas y mapuche fabricaban sus panes con ingredientes como papa, maíz o quínoa, los que fueron sustituidos a lo largo del tiempo por trigo", cuenta.
Las hallullas y marraquetas, en tanto, nacieron a partir de recetas españolas y francesas, respectivamente.