Natividad Espinoza R.
La hora de acostarse influye en el riesgo de obesidad que tienen los niños menores de seis años. Esto, de acuerdo a un nuevo estudio publicado en la revista Pediatría y liderado por el Dr. Claude Marcus, docente del Instituto Karolinska (Suecia).
Pese a esto, en vez de llamar a adelantar la hora de ir a la cama de los niños, los investigadores incentivaron a los padres a centrarse en mantener una rutina cuando se trata de programar las comidas y el horario de sueño de los pequeños.
Para la nutricionista de la Universidad Andrés Bello Fabiola Fernández, la sugerencia de los profesionales puede deberse a que el descanso insuficiente o desordenado puede alterar las hormonas dedicadas a la regulación el apetito, lo que puede llevar a un mayor consumo de alimentos.
"Esto no solo sucede en los niños, sino que también en adolescentes y adultos. De hecho, hay otros estudios que lo avalan", señala a este diario Fernández.
La investigación
El sondeo que encontró la relación entre el sueño y la obesidad en los menores fue parte de una investigación más amplia sobre obesidad, que se centró en 107 niños suecos, de los cuales 64 tenían al menos uno de sus padres con obesidad o sobrepeso.
Los encargados del estudio monitorearon el peso, la altura y la circunferencia de la cintura de cada uno de los niños, desde el primer al sexto año de vida.
Al inicio de la investigación, todos los menores tuvieron mediciones similares. No obstante, luego de medirse el sueño de cada uno durante siete días consecutivos una vez al año, se descubrió que quienes habitualmente se iban a dormir tarde (alrededor de las 21.00) resultaron tener una cintura más ancha y un IMC (Índice de Masa Corporal) más alto al final del estudio.
Al respecto, Marcus sostiene que "esta hora de acostarse fue un factor que realmente se destacó. Se asoció con un aumento de peso". Sin embargo, "lo que podemos ver es solo una asociación. Si se acuesta a los niños antes, ¿cambiaría algo? Eso es algo que aún no sabemos", precisó.
Marcus sugirió que quedarse despierto más allá de las 21.00 podría ser una señal de un estilo de vida general que pone a los niños en mayor riesgo de sobrepeso, en lugar de que su aumento de peso esté directamente relacionado con su hora de acostarse.
Horas necesarias
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que los niños entre uno y dos años deben dormir de 11 a 14 horas diarias, incluidas las siestas. Los de tres a cuatro, en tanto, deben dormir de 10 a 13 horas, también con siestas incluidas.
Finalmente, para los niños de cinco a seis años se sugieren entre nueve y 12 horas de sueño.