FFAA: ¿Narcotráfico o migraciones?
Llama la atención la nueva política del gobierno para enfrentar el narcotráfico en las fronteras de Chile con el uso de las fuerzas armadas. Según información de la World Drug Report de 2018 de la ONU, Chile, junto a otros países es uno de los orígenes de los envíos de cocaína a Oceanía. Sin embargo este es un dato ya observado desde el año 2012. Al mismo tiempo en que el índice de prevalencia en el uso de cocaína en el país ha descendido por primera vez desde el 2010, mientras que el uso de las demás drogas subió, según el mismo informe. Por otra parte, el Observatorio de Narcotráfico del Ministerio Público del 2017 muestra una disminución de la incautación internacional de drogas que se internaría a Chile. El mismo informe señala datos dispares respecto a la variación porcentual en incautaciones nacionales. Según información disponible, de 2016 a 2017 las incautaciones de clorhidrato de cocaína aumentaron un 21%, de pasta base un 7% y de marihuana una disminución de un 14%. Aun cuando es importante observar las series estadísticas, estos datos parecen revelar una mayor eficiencia de las acciones policiales de nuestro país.
¿Con todo lo anterior, realmente se justifica el uso de las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico? En los países que he visitado este año, la experiencia dice lo contrario. En Brasil, la incursión del ejército en las favelas de Rio de Janeiro, durante el gobierno de Temer, ha causado un saldo negativo por donde se mire. En Colombia, la incursión de las fuerzas armadas es una política de larga data sin resultados concretos contra el narcotráfico. Y en México, el uso de las fuerzas armadas, en una guerra desatada, solo hizo aumentar el número de muertos, en un hecho sin precedentes.
El uso de las fuerzas armadas en las fronteras de Chile me recuerda la política de contención migratoria de Trump, en los Estados Unidos. Esto me hace preguntar: ¿Estaremos llevando las fuerzas armadas de Chile para contener flujos migratorios a raíz de los últimos episodios?
Más que un premio
El Sistema actual destruye el modelo de excelencia de los Liceos Emblemáticos y los Liceos Bicentenario, que han mostrado históricamente que la selección por mérito y la exigencia académica son compatibles con la inclusión socioeconómica. Contrario, a lo que piensan algunos parlamentarios del PC y el Frente Amplio, el mérito en la educación no es un premio, es justicia. Detrás de cada historia de éxito está el esfuerzo de un joven, de una familia y de los docentes por impulsar un mejor futuro para él y para nuestro país. Una red de apoyo que vio frustrados sus sueños en el proceso 2019, y que hoy es nuevamente ofuscado gracias al rechazo del nuevo proyecto de admisión escolar.
Iván Godoy Flores
José Correa Ariztía