Cómo me gustaría ser una persona letrada para poder describir lo que he encontrado en el hospital Juan Noé Crevani, en especial en la unidad de oncología. En ese lugar he encontrado apoyo, cariño y respeto, entre muchas otras cualidades y virtudes.
Ustedes señores lectores, supieran con el estado negativo que uno llega a esa puerta que dice Oncología. Vas con el alma en la mano, con las alas caídas, la cabeza cargando hacia abajo y el corazón destrozado, pensando en cuánto tiempo me quedará.
Primero, escuchas que "tus exámenes arrojaron que tienes cáncer"; segundo, piensas "cómo me irán a tratar acá". Ahora viene la parte maravillosa.
Yo me llamo Luisa, allá soy Luisita. "Buenos días, cómo amaneciste", "cómo te has sentido", "¿ves?, ahora que vamos a salir de todo esto", "hoy te toca sacar sangre. Yo lo voy a hacer con mucho cuidado", ya que tengo unas venas horribles, cuesta tanto para sacarme sangre, y ya con su ternura me dice "trataré de no hacerte sufrir".
Imagínese lo que es venir enfermo y que lo traten con tanto respeto y ternura como ser humano. Gracias a la doctora Cecilia Hale, al doctor Peter Molina, ellos son grandes personas, todo te lo explican de forma que uno lo pueda entender, ya que hay términos que uno no entiende para nada, pero ellos con su mejor voluntad, te dejan clarito todo.
Gracias al "turrón de amor" al enfermero Felipe Albornoz, a la dulce Aurora, Janet y a las chiquillas, las más atentas del mundo, Carolina (Carito) y la dulce Mary. Ellas tratan muy bien. Te colocan una mantita para el frío, si necesitas ir al baño dicen "yo te ayudo". Lo único que quieren es tu comodidad, además que son largos ratos los que se pasan ahí; las primeras veces entre 2 y 3 horas, las últimas entre 7 y 8 horas.
Eternamente estaré agradecida de todas estas maravillosas personas que trabajan en oncología. Son lo máximo, vayan mis bendiciones para cada uno de ellos, los he aprendido a querer mucho. Llegué a ese lugar aterrada; ahora es cómo llegar donde familiares. Muchas gracias por todo. Que Dios los bendiga a ustedes y sus familias.
"Para comer sushi..."
Los uruguayos y en especial su arquero Muslera, tanto desacreditaron el merecidísimo triunfo de Chile de 4x0 sobre Japón, que se olvidaron que para comer pescado (sushi) deberían tener mucho cuidado, de lo contrario podían terminar muy atragantados...
Luisa Elena Elgueta Ramírez
Luis Enrique Soler Milla