El Niño Maravilla finalmente saltó a la pantalla grande
El jueves se estrenó en salas de todo el país "Mi amigo Alexis", una película que narra la amistad entre un niño que sueña llegar al fútbol profesional y Alexis Sánchez.
El cine de vocación popular opera a través de la emoción y el desfile de códigos capaces de generar catarsis colectivas. Como la súbita aparición de un equipo en una cancha de fútbol, la pantalla se llena de emblemas ya asimilados por una audiencia que paga por celebrarlos. "Mi amigo Alexis", la nueva apuesta de la productora Fábula con dirección de Alejandro Fernández Almendras ("Huacho"), entiende muy bien esa operación y, por eso, va desplegando canciones populares (como "Todos juntos", de Los Jaivas), paisajes propiamente chilenos y dichos locales para alimentar la ceremonia. Pero el mayor efecto no es otro que Alexis Sánchez. Su presencia en la pantalla justificará, para muchos, el precio de la entrada.
No esperen, eso sí, encontrar al astro internacional del fútbol jugando en canchas sofisticadas y llevando una vida de rockstar. "Mi amigo Alexis" transcurre en un barrio humilde donde vive Tito, un niño que sueña ser como su ídolo. Al conocerlo, el goleador empatizará con sus ideales porque recordará su infancia en Tocopilla, cuando celebraba los goles de Zamorano y Salas pateando un trapo como si fuese un balón. La película se centra en la amistad entre ellos dos y en los obstáculos que el niño debe sortear para poder dedicar su vida al fútbol. Uno de ellos es su padre, interpretado por Daniel Muñoz, un borracho que aún no supera la frustración de haber desperdiciado una carrera en el fútbol profesional. A través de estos personajes, Fernández Almendras (quien siempre ha demostrado su preocupación por los problemas sociales) nos habla de superación y, como en toda película deportiva, de sueños que pueden volverse realidad.
El riesgo de trabajar con niños y futbolistas, y mezclarlos con actores profesionales, es que el resultado actoral puede ser disparejo. Daniel Muñoz, el mejor personaje del filme porque tiene contradicciones y fisuras, ayuda a levantar los desempeños del resto, incluido un Alexis que no satisface del todo las exigencias dramáticas de la película. Pero esto probablemente a pocos le importe.
Como ya lo demostró en la aguda "Aquí no ha pasado nada", Fernández Almendras busca replicar en la pantalla estos tiempos de comunicación vertiginosa, incluyendo textos, conversaciones de WhatsApp y algunos juegos formales para la tribuna juvenil como la dicotomía virtual de "realidad/expectativa". Digamos que la película tiene una frescura visual que, sumada a un playlist que también incluye ritmos nortinos y reversiones de clásicos criollos como "Los momentos" a cargo de Camila Moreno, resulta llamativa.
No es el único guiño a la vida contemporánea. El personaje de la hermana de Tito, una chica que también sueña con llegar al fútbol profesional, representa el empoderamiento de las mujeres y ese lado del deporte chileno que ahora volverá a concentrar atención gracias al Mundial de Fútbol Femenino.