"Claudio Arrau" , el perfil que hizo Marisol García
Ciudadano del mundo nacido en Chillán
-¿Qué aprendiste de Arrau?
- Pensé que investigaba sobre un músico, pero hoy tengo la convicción de que Claudio Arrau fue un pensador. Un hombre de cultura excepcional, con opiniones que vinculan música y política, ética, psicoanálisis, historia y arte en general. El ya clásico libro de entrevistas entre él y Joseph Horowitz es una lectura asombrosa por su diversidad, y lo recomiendo incluso a quienes puedan no saber casi nada de piano. Se aprende ahí hasta su gusto por la película "Fiebre de sábado por la noche".
-¿Cómo formó el siglo XX a Arrau?
- Lo formó el rigor que entre los 10 y 15 años de edad le dio su maestro Martin Krause en Berlín. Un rigor que entendía la interpretación desde la comprensión profunda del mundo. Fue un niño que debió aprender idiomas, literatura y filosofía. Vivió los mejores y peores años del siglo XX: florecimiento artístico y totalitarismo nazi, para él inaguantable. Lo formó la reflexión humanista y la apertura al mundo que las nuevas comunicaciones trajeron para él, un ciudadano del mundo nacido en Chillán.
¿Qué sucederá con su legado musical?
- Me gustaría que el Estado de Chile respetase sus instrucciones en cuanto a trasladar su legado a Chillán. Que el Museo en su honor allí contase con presupuesto para labores de extensión. Que pudiera investigarse en torno a los muchos cabos sueltos biográficos que aún existen sobre Claudio Arrau, quien tendría ya varias biografías y documentales en torno suyo de haber nacido en un país con aprecio profundo por la música. Me gustaría, en definitiva, que Chile valorara al mejor pianista del siglo XX.