Suspender el reclamo del mundo con la huida
-¿A qué aluden las contraseñas y códigos, las pistas y claves de tu novela?
-FG, el personaje, llega después de haber estado en una guerra con la idea de cumplir una misión muy importante que, sin embargo, se le vuelve borrosa. Deambula por la ciudad en busca de pistas, lo que lo convierte en una combinación de personaje kafkiano con personaje de picaresca. Busca en las palabras de una mendiga que duerme en la calle, en un cartel de estación, en el reflejo del sol sobre un vidrio, en los sonidos emitidos por un pájaro.
-¿Cómo llegaste a la historia de Albert Dadas?
-Albert Dadas tiene la compulsión de salir caminando de un momento a otro y no parar. Esa compulsión fue nombrada como "dromomanía" o "manía ambulatoria" por su psiquiatra, Phillipe Tissié, en un libro en el que narra sus sesiones con Dadas. Y, aunque estamos hablando de un caso del siglo XIX, creo que en esa compulsión por moverse, fugarse, hay algo que también está muy presente en el siglo XXI: la compulsión por pegar un portazo, salir caminando y dejar todo atrás.
-¿Cuál es el "mal de época" al que alude la novela?
-El "mal de época" alude a las formas de cooptación que los poderes ejercen sobre los cuerpos, las mentes, las subjetividades. En el siglo XIX, se ve cómo se daba a nivel del cuerpo -había que impedir que Dadas saliera en sus caminatas, algo a lo que no solo contribuía la psiquiatría en ciernes, sino también otras formas del control como el servicio militar, el pueblo chico, la familia. En el siglo XXI, con la irrupción de la tecnología, esa cooptación opera a un nivel mucho más amplio.