La Lisera recibió a los viudos de Chinchorro
Debido a la reciente bajada del río San José, los bañistas optaron por las playas del sur de la ciudad.
La notoria ausencia de visitantes a la playa Chinchorro se vio reflejada ayer en La Lisera, balneario que desde tempranas horas del día, le dio la bienvenida a más bañistas de los que recibe un día de semana.
Tanto ariqueños como turistas intentaban escapar del calor, y la bajada del río San José no fue un impedimento para disfrutar del mar.
"Me gusta ir a la Chinchorro y a Las Machas, con mis amigas buscamos sectores en donde no haya mucha gente, pero porque bajó el río tenemos que venir a La Lisera o al Laucho", comentó Vanessa Rivera, joven que además comentó que intenta ir a la playa por lo menos tres veces a la semana.
Aguas calmas
En la playa La Lisera predominaban los niños y las personas de la tercera edad, y es que de acuerdo a visitantes, el poco oleaje de sus aguas hace que esta playa sea menos peligrosa para que los pequeños o personas con movilidad reducida puedan refrescarse sin mayores problemas. De acuerdo a Arturo Peña, él y su familia, todos ariqueños, no suelen ir a las playas del norte de la ciudad, y prefieren pasar sus días de verano en La Lisera debido a las más pequeñas integrantes de su familia, y por su madre, una mujer de 88 años cuya entretención es nadar.
Independiente de la preferencia de los bañistas, las vacaciones en las aguas de Chinchorro han dejado de ser una opción. Durante la tarde de ayer, la cantidad de bañistas en La Lisera aumentó considerablemente.
Durante la mañana de ayer se realizó el cierre de las actividades veraniegas organizadas por Daem. El evento estuvo cargado de energía y se llevaron a cabo bailes entretenidos entre los distintos niños presentes. En la instancia hubo estudiantes que representaron a distintos establecimientos educacionales de las ciudad. El director del Daem, Darío Marambio Nuñez, destacó la excelente participación de los niños y niñas que asistieron durante la temporada a los cursos de verano, y también destacó que ningún niño dejó de ir a la playa mientras duró esta experiencia.