Silvia Ferreri en las honduras de "La madre de Eva" y tránsito de una hija
Amor de una madre
¿Por qué te interesó el tema de la transición de género?-
-Me enteré de la historia de una persona que conocía personalmente, aunque no se trataba de alguien muy cercano a mí. Era una niña que conocía desde que nació, la hija de una amiga de mi madre, que llevaba muchos años sin ver. Un día, mi madre me llamó por teléfono para contármelo y a partir de ese momento empecé a sentir curiosidad. Creo que, sobre todo, influyó mucho que en ese momento yo estuviera embarazada de mi primer hijo.
-¿Por qué quisiste que la historia fuera contada desde la madre?
- La voz que predominaba, la más importante dentro de mí, era la voz de la madre. Creo que se debió a que ella era mi principal punto de vista, era la que de alguna forma tenía que sufrir la decisión sin poder hacer mucho. Nunca me interesó relatar el proceso de transición de género en sí mismo, eso no era el sostén de la historia. El sostén era una madre que sufre una decisión tan definitiva y tan dolorosa por parte de su hijo-hija y cómo aprende a vivir con eso.
-¿Por qué indagaste en el aspecto médico?
-Todo mi trabajo nace de la realidad. Era importante ver con mis ojos una operación quirúrgica de este tipo, qué significa tener cicatrices, dolor, saber cuál es el proceso por el que pasa un cuerpo en una reasignación quirúrgica. Porque hablar de forma genérica no manifiesta el dolor físico que esa persona vive. Para mí ese proceso era tan importante porque es la representación más viva del dolor extremo que siente una madre: ver a su hija en la mesa del quirófano.