C omo una verdadera pesadilla califican los vecinos de los edificios frente al puerto, los ruidos y bocinazos de los camiones, situación que dicen tener que soportar hace aproximadamente 7 años sin tener ninguna solución hasta el día de hoy.

Su problema lo hizo público el concejal Jorge Mollo durante la última sesión ordinaria del pasado martes evidenciando con una grabación de celular el potente ruido de los bocinazos pasada la medianoche en el sector.

Carolina Castillo, vecina del condominio de edificios Tajamar, dijo que "es muy molesto porque uno trabaja y se levanta aproximadamente a las 6 de la mañana, los niños van al colegio temprano y hay días que hasta a esa hora aún se mantienen los bocinazos de los camiones chilenos y bolivianos que hacen fila para ingresar al puerto. Llamamos a los Carabineros, enviamos cartas al puerto, pero aún persisten los ruidos y es terrible".

Mesa de coordinación

Alfredo Araya, seremi de Transportes, dijo que "estamos trabajando en mitigar los efectos negativos que afectan en el día a la comunidad por las congestiones de los camiones, especialmente en las vías de alto tráfico. El crecimiento de nuestra ciudad se está dando hacia el norte y desde allá vienen los camiones". "Estamos trabajando con TPA y con los transportistas para mitigar los efectos negativos del tránsito de camiones, ya que el puerto está inserto en el corazón de la ciudad. Junto con la intendenta estamos trabajando en un Comité de Coordinación Ciudad Puerto, una mesa de trabajo permanente, donde las autoridades e involucrados estamos trabajando en aminorar los efectos dañinos. Sobre los ruidos molestos nuestra seremi no tiene las herramientas para cuantificar los decibeles".

Tania González, jefa regional de la Superintendencia de Medio Ambiente, explicó que el decreto supremo 38, que establece las normas de emisión por fuentes, excluye el tráfico de los vehículos en movimiento y, por lo tanto, los bocinazos no son parte de competencias de la superintendencia.

Sandra Atencio

"Hemos vivido afectados por muchos años con los ruidos molestos de los camiones bolivianos y chilenos. Vivimos en el condominio de edificios en Prat 755, entre Chacabuco y Manuel Rodríguez, somos 32 departamentos y nos afecta en demasía, porque la gran mayoría de los habitantes son adultos mayores con enfermedades crónicas, hay niños, bebés, los bocinazos algunas noches se extienden pasadas las 4 AM, es como un paro, cuando está la fila los ruidos son terribles".

Héctor Valenzuela

"El problema es que cuando se empiezan a acumular los camiones comienzan a llegar tipo 21 a 22 horas a Máximo Lira, eso pasa siempre en las noches y a veces pasa muy seguido. Los bocinazos no son igual que los de los autos, tenemos nuestro departamento muy cerca del puerto, en el cuarto piso, hemos llamado a los carabineros por los ruidos, ellos van y les dicen que no toquen la bocina, pero luego se van y siguen, hasta el momento no hay ninguna solución y debemos seguir soportando".