Mario Narváez V.

Desde Rancagua llegó Elena en medio de una delegación de al menos 30 adultos mayores, que a las 10 y media de ayer fueron trasladados en un bus hasta el sector de las Cuevas de Anzota, antes de terminar su gira en tres días más.

Pero sólo hasta el portón pudo llegar la mujer, ya que un mensaje verbal le impedía su ingreso a ella y a todos quienes ayer visitaban el sector turístico. ¿La razón? Poner su integridad física en peligro, ante el inmenso oleaje que afecta desde el lunes a la costa local.

El fin de semana pasado fue cuando la Armada anunció marejadas desde Coquimbo hasta Arica en la zona norte del país, con olas que llegarían hasta pasados los cuatro metros de altura.

Por lo mismo oficiaron tomar todas las medidas de precaución posibles, mensaje que de inmediato recepcionó el municipio y determinó con cerrar desde el martes el recinto, con una posible apertura para hoy, aunque dependiendo de las condiciones climáticas.

Caída de rocas

Ayer, fue el director ejecutivo de la Corporación Municipal de Fomento Productivo, Ayú San Martín, quien chequeó el lugar, para constatar los daños que había dejado el fenómeno climático.

"Queremos un espacio turístico, pero también seguro y de calidad. Constatamos que hubo desprendimiento de rocas, incluso hasta de 30 a 35 kilos, lo que es sumamente peligroso para la integridad física de cualquier visitante. Como también que hubo roturas en uno de los senderos interpretativos (señaléticas) que hay en el lugar, así que tras una visita, estamos esperando que el fenómeno marítimo vuelva a su estado normal, lo que podría ocurrir mañana (hoy) y así reabrir el paso", dijo.

"Si bien tenemos medidas de seguridad, como cascos y una capacidad de carga sólo hasta de 120 personas, no queremos arriesgarnos. Ahora apostamos por realizarle encuesta a los turistas, para que esto no sólo sea una visita, sino que una experiencia", agregó.