La pintora que transforma sus sueños en arte
Lorena Valera es profesora de Historia, pero toda su vida soñó con dedicarse por completo al arte. Desde mayo de este año que está realizando lo que siempre quiso.
D esde pequeña que su vida ha estado ligada a los colores y formas. Cuando iba al jardín infantil observaba los dibujos de sus compañeros y se preguntaba por qué ellos no incluían el cuello, hombros y otras características de los seres humanos que ella sí destacaba.
Ya en la enseñanza básica, sus profesores comenzaron a sospechar de sus detalles y forma de dibujar: pensaban que calcaba o que su mamá los hacía.
Pero no, Lorena Valera cuenta que el arte ha corrido por sus venas y sus emociones desde pequeña.
"Soy la segunda de 5 hermanos, en los 80 la situación económica era difícil, pero gracias a mi mamá nunca me faltaron mis lápices, crockera, témperas, pinceles. Siempre tenía mis cosas para pintar, en las épocas que no, pintaba con pasta de zapatos en maderas que recogía en la calle", recuerda.
Un hecho que fue inolvidable en su vida sucedió cuando tenía 14 años: le regalaron una caja de óleos china y comenzó a plasmar su creatividad en cartón piedra.
En la Enseñanza Media siguió destacando en arte y cuando salió de Cuarto Medio manifestó a su mamá su decisión de estudiar Arte. Pero ella se opuso con argumentos tales como de qué iba a sustentarse económicamente, de qué iba a vivir', entre otros cuestionamientos.
Lorena estudió Pedagogía en Historia en la Universidad de Tarapacá y ejerció como profesora de esta materia durante 10 años en el Colegio Ñusta Kori de Iquique, época de la cual guarda momentos muy felices con quienes fueron sus alumnos.
Llamado del arte
Pero una crisis existencial, como llama ella a la angustia que sentía por dedicarse de lleno al arte, la ayudó a tomar decisiones y arriesgarse por primera vez a lo que siempre anheló en su vida: vivir del arte.
Desde mayo de este año, Lorena se dedica a la enseñanza de pintura en su hogar de la Villa Poconchile.
Enseña técnicas de pintura al óleo, acrílica o acuarela, pero es enfática en que cada alumno, niños o adultos, deben pintar lo que sienten, conectarse consigo mismos y pintarlo, por lo tanto ella no les da temáticas en particular.
"El arte es meditación , es sentir, no hay personas que no puedan pintar. Por eso les recomiendo que saquen sus emociones y se concentren en su interior. Hoy en día todo es trabajar, estamos atrapados en este sistema y por eso quiero compartir la sensibilidad y transmitirla. Desde pequeños nos enseñan a ser racionales, mecánicos, robotizados. El arte para mí es amor, expresión creatividad".
Sobre sus fuentes de inspiración dice que la mujer es una de las más importantes y que es una protagonista importante de sus creaciones: "mis pinturas son representaciones de distintas dimensiones de mi ser".
Añade que "la mujer es poderosa, contenedora, entrega amor al mundo. Es una guía, en cambio el hombre lo asocio más a la competencia, la guerra. En cambio la mujer siempre atrae al amor".
Tras vivir muchos años de angustiosos sueños que hoy los ve como consecuencia de que su alma se sentía intranquila por no dedicarse al arte, Lorena se encuentra en paz y plasma sus sueños y viajes astrales en sus pinturas.
Difunde sus trabajos a través del Facebook Taller de arte y arteterapia Yemaya Lunar. Sus pintores de admiración son Dalí y Miró.