La ingeniera venezolana que le canta a Cristo
Rebecca Joseph tiene 27 años y llegó de Barquisimeto, Venezuela, a nuestra ciudad. Es ingeniera agrónoma, madre de 3 hijos y dice que decidió cantar en 21 de Mayo para mantener a su familia.
L a dulce voz de Rebecca Joseph llama la atención de los transeúntes de 21 de Mayo, quienes escuchan con respeto sus alabanzas a Cristo y le brindan un aporte monetario con el que la joven de 27 años mantiene a sus 3 hijos, ya que su esposo aún no encuentra trabajo.
Llegó a Chile con su hija mayor de 6 años, escapando de la crisis humanitaria existente en su país. Primero a Santiago, donde trabajó un mes en una zapatería, y luego viajaron sus otros 2 hijos y su marido, pero no pudieron ingresar al país y se quedaron varados en Tacna, por lo tanto, ella se vino de inmediato a Arica a gestionar su ingreso hasta que lo logró.
En mayo de este año, con su familia ya reunida, comenzó la ardua labor de encontrar un trabajo.
Rebecca cuenta que estudió Ingeniería en Agronomía en la Universidad de las Fuerzas Armadas (Unefa) de Barquisimeto, su ciudad natal.
En ese lugar, se desempeñaba entregando los créditos agropecuarios y analizaba los informes de quienes postulaban a la subvención.
Antes sólo había salido como turista de su país. Explica que se demoró 8 días en llegar a Chile y que debido a problemas económicos se vino ella primero con su hija mayor y luego su esposo e hijos.
Trabajo
Cuenta que fue a Azapa a una entrevista de trabajo, pero le piden la cédula de identidad la cual aún no recibe. "Está muy mala la situación en Venezuela, tengo una amiga que gana 1.800 y un kilo de harina cuesta eso, entonces es algo muy triste tener que trabajar todo un mes para comprar apenas un paquete de harina".
Nunca se había dedicado al canto, fue en junio cuando, luego de no encontrar trabajo, decidió probar suerte en el paseo peatonal.
Recuerda que lo recorrió por completo y se sentó en la primera banca, desde Lynch con 21.
Comenzó a capella, ya que no tenía micrófono. El primer aporte que recibió fueron 20 mil pesos que le dio un hombre en la mano sin decirle nada más. Con ese dinero Rebecca compró su micrófono y parlante que ahora utiliza en su performance callejera.
"Fue un señor alto, moreno, cuando veo que me dio 20 mil pesos, salí corriendo a comprarme el parlante. En general, me ha ido súper bien, la gente es muy empática. Me dicen que cante otro tipo de canciones, pero les digo que canto lo que me sale del alma y esas son las canciones a Cristo. Asisto a la misma iglesia que en Venezuela, del Nazareno".
Sus hijos de 6, 2 años y 10 meses los deja con su marido mientras ella canta y con lo que ella reúne le compra leche, pañales y ropa a los niños.
A pesar de la difícil situación que vive, Rebecca no pierde la esperanza en que saldrán adelante y ella y su esposo encontrarán un trabajo estable.