Los televisores Bolocco, símbolo de una época de esplendor en blanco y negro
Trabajadores recuerdan cómo fue ser parte de una de las industrias más grandes de Chile y que se instaló en Arica durante una de las mejores épocas de la ciudad del extremo norte: El Puerto Libre.
Entre 1953 y 1974 Arica tuvo un fuerte auge industrial impulsado por el Puerto Libre que decretó el Presidente Carlos Ibáñez del Campo. Este beneficio tributario hizo proliferar el barrio industrial, el trabajo y el desarrollo en la región. En los años dorados, Arica contaba con once plantas de ensamblaje de automóviles, cinco de artículos electrónicos, siete manufactureras y seis de productos eléctricos y línea blanca; dos textiles y cinco químicas.
Tres de estas fábricas de artículos electrónicos (Chilevisión, Electroandina e Incesa), eran conocidas como el "complejo Bolocco", ya que su dueño era Enzo Bolocco Cintolesi, quien años más tarde se convertiría en padre de la única Miss Universo chilena, Cecilia Bolocco.
Miles de ariqueños pasaron por esta fábricas y los aparatos que armaban están repartidos por todo Chile e incluso hasta el día de hoy se han vuelto objetos de colección.
En esta pequeña ventana al pasado, ex trabajadores de televisores Bolocco, recuerdan cómo era esa época de esplendor cuando, gracias a los altos aranceles de importación y a las franquicias aduaneras, Arica se convirtió en un polo de industria electrónica nacional.
Buen ambiente laboral
Entre 1960 y 1975 se fabricaron en la ciudad televisores, radios y tocadiscos en el complejo Bolocco, siendo los televisores el producto estrella y que más personas recuerdan.
La fábrica Chilevisión, quedaba ubicada en un gran galpón en la avenida Santa María con Diego Portales, espacio que hoy ocupan instalaciones de Ariztía. Electroandina quedaba en la calle Óscar Quina, en el centro del barrio industrial y a la vuelta, por avenida Argentina, estaba Incesa, en la cual se hacían los tubos al vacío, clave de la electrónica antes de la aparición de los transistores.
El dueño de la empresa, Enzo Bolocco, comentó en una entrevista en 2009 que llegó a tener alrededor de 1.500 trabajadores en las tres fábricas.
Miguel Castillo, fue uno de ellos y se desempeñó en la fábrica Electroandina, donde el jefe de producción era Octavio Letelier Bobadilla ( Q.E.P.D.) padre de la actual intendenta de Arica y Parinacota, María Loreto Letelier Salsilli. Allí estuvo desde julio de 1972 a marzo de 1975.
Cuando ingresó, lo hizo aprendiendo a soldar, luego entró a las líneas de producción, aquellas que iban por postas donde empezaba un esqueleto y salía el televisor completo.
Don Miguel recuerda con gusto las condiciones de trabajo.
"Teníamos movilización en la mañana, llegábamos al desayuno y a integrarnos a las labores. A las 12 el almuerzo. A las cinco ya se retiraba el personal en las micros de acercamiento y si había sobre tiempo, nos daban onces o una colación. Las condiciones económicas eran bien favorables".
Entre esos buenos recuerdos, don Miguel comentó que una vez estuvo Enzo Bolocco en Arica, para una Navidad.
"Donde hoy está el Terminal de buses a Tacna, ahí Don Enzo instaló el circo que era para los hijos de los trabajadores. Vino Cecilia Bolocco con Diana, estaban chiquititas, tendrían seis años y un año respectivamente. Después a eso de la una de la tarde fuimos a la Rinconada en Azapa, fue un almuerzo con todo el personal y se presentaron los artistas José Alfredo Fuentes, el humorista Carlos Helo y una cantante vedette que se llamaba Wendy".
Sumado a esto, recuerda que una vez al año tenían derecho a recibir gratis un televisor, una radio y un tocadiscos, pero con los años, don Miguel ya no tiene ninguno.
En 1973, después del golpe de Estado, fue detenido por ser dirigente sindical. En esa época su jefe en la fábrica lo salvó.
"Electroandina fue intervenida. Don Octavio dejó de ser el jefe de producción y se reintegró al ejército como mayor. Cuando él supo que fui detenido, fue y me sacó. Volví a la empresa hasta que me cancelaron en 1975, la fecha en que empezaron a cancelar a la mayoría, en ese año más menos por noviembre cerró definitiva".
Del mundo a Arica
Con el Puerto Libre, Arica era una de las principales ciudades de intercambio, donde llegaban embarcaciones de todo el mundo y desde donde salía mercadería que era distribuida en todo Chile.
José Rebolledo fue tramitador aduanero en las oficinas del complejo Bolocco entre 1965 y 1973. Recuerda que los televisores, radios y tocadiscos que armaban se iban en camión y aviones con hélice hacia el resto de Chile.
"Recibíamos las partes en cajones, eran un montón, unas 30 mil piezas para hacer unas cinco mil máquinas. Siempre se hacían los aforos en la noche porque en el día no se podía trabajar, porque el puerto era muy chico en ese entonces".
José recuerda que llegaban piezas de Alemania, Japón y Canadá, por nombrar algunos.
"En esos tiempos el barrio industrial era una cosa maravillosa, estaban todas las industrias, automotriz, electrónico, bicicletas, relojes. La zona no paraba nunca, era día y noche porque se trabajaba por turnos".
El fin del Puerto Libre y la apertura del mercado nacional a las importaciones acabaron con esa época de esplendor, condenando al olvido a la mayor parte de esas industrias, pero los televisores Bolocco quedaron como un hito en miles de hogares por largos años más y hoy, en los días de los smart TV, siguen siendo una pieza preciada por los coleccionistas.