Palitroques destronan a juegos electrónicos y son una alternativa en las ramadas
Propuestas se suman a la pesca milagrosa, la ruleta o el tiro al blanco. Ramaderos se animan a innovar.
El premio mayor es una pelota. También hay premios "de consuelo", pues la idea es que ningún niño se vaya con las manos vacías. En las ramadas, los palitroques llaman la atención de los más pequeños, ya que todos los que se acercan a este local de juegos, anhelan derribar a los soldaditos de madera.
Juan Sánchez, es ramadero desde hace más de 30 años. Llegó a los 18 desde Chillán y actualmente, con 65 años a cuestas, atiende su negocio de entretenciones en las ramadas al pie del Morro.
"Esto es algo que se lleva en la sangre, un trabajo que me llena y me hace feliz", contó, mientras familias completas llegan a jugar a los palitroques o a cazar la "botella borracha", una especie de pesca milagrosa para adultos, en la cual, con una pequeña argolla que cuelga de un cordel, se debe "pescar" una botella individual de bebida vacía. Quien lo logra se lleva un pisco o un ron de recompensa.
"Acá luchamos por mantener las tradiciones, aunque es algo que cuesta. No se viven las ramadas como en el sur y me gustaría que hubieran unas fiestas con más cosas típicas, pero a la gente le gusta lo que hay en estas ramadas", reconoce.