Pasadas las 4 de la tarde del lunes, el Cuartel Belén de la PDI recibía una de las denuncias más atípicas y extrañas en lo que va del año, y que involucraba religión, carrete, somníferos y un vodka.
A esa hora, un hombre de 49 años llegó hasta la unidad policial relatando que hace poco se había dado cuenta que gran parte de las pertenencias de valor que había en su casa habían desaparecido, responsabilizando a dos mujeres, quienes habían llegado pasado el mediodía del domingo para predicar la palabra del Señor.
La víctima agregó que, por mejor, las hizo pasar al living de su domicilio, donde ingirieron un par de copas, entre ellas vodka, en el cual habrían depositado un somnífero (Clonazepam, en este caso), provocándole un sueño profundo y el posterior robo.
"Tras esta denuncia, que apunta a que las dos imputadas se acercan hasta el inmueble de la víctima para predicar un mensaje, lo que finalmente terminó con el consumo del alcohol y el hurto, realizamos la línea investigativa, que arrojó que una de ellas mantenía parte de las pertenencias sustraídas desde el domicilio, lo que culmina con su recuperación en el sector de Campo Verde y la detención de ambas, quienes tienen el parentesco de primas", explicó el comisario Daniel Catalán, jefe de la Brigada de Investigación Criminal.
La defensa contraataca
Ayer, las imputadas de 20 y 24 años pasaron a control de detención por el delito de hurto, aunque la Defensoría Penal Aymara e Indígena alegó que aún no hay nada concreto acerca de si el supuesto afectado fue dopado, por lo que ambas quedaron con prohibición de acercarse a la víctima.