Difícil de hallar
Con motivo de los 150 años del terremoto de 1868, el académico Elías Pizarro, comentó que resulta difícil hoy encontrar la gran Enciclopedia de Arica de 1972 y que son pocos los que atesoran este libro.
Con motivo de los 150 años del terremoto de 1868, el académico Elías Pizarro, comentó que resulta difícil hoy encontrar la gran Enciclopedia de Arica de 1972 y que son pocos los que atesoran este libro.
Hablar de retrasos en proyectos y obras en manos del sector público en nuestra región, es algo que se está repitiendo de manera más frecuente de lo que se podría esperar. No en pocas ocasiones las fechas estipuladas y los plazos establecidos para la ejecución de algunas obras se extienden más de lo anunciado, o peor aún, los anuncios se quedan solo en eso. Es un hecho que nuestra región y especialmente su capital, Arica, necesitan ir avanzando en obras que vayan en beneficio de la comunidad, algunas tan simples y prácticas como pavimentar calles y avenidas importantes, y otras más complejas que tienen que ver con esa necesidad de cambiar el rostro positivamente de la ciudad y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
El que estas iniciativas se pueden ir concretando según los programas y plazos que se han establecido no es solamente una cuestión de agenda. Tiene mucho que ver también en el impacto que tiene en la comunidad el ver que los esfuerzos e inversiones que vienen desde el sector público se hacen efectivamente realidad.
Para la ciudadanía resulta poco grato y hasta motivo de frustración el ver que los grandes anuncios se quedan en eso, que las obras que se inician no se terminan, o que los proyectos se mantienen como tales durante largos meses, incluso años. El poder acelerar estas obras y completar las efectivamente, contribuye a la confianza y también contagia a la comunidad con esa necesidad de proteger y cuidar los bienes públicos en una ciudad que de verdad camina.
Se necesita que se generen círculos virtuosos en cuanto al desarrollo y cuidado de la ciudad, porque todo hace pensar que para cada uno de los vecinos es mucho más fácil valorar y cuidar espacios públicos renovados y que sean fruto de proyectos largamente acariciados y hechos realidad, que lugares en los que reine el abandono y en donde esté instalada la idea del olvido y la falta de iniciativa.
Por eso que nuestra región y Arica misma no se pueden quedar en los estudios, las ideas y los proyectos. Las realidades hacen ver a la sociedad que la región avanza e involucran también a todos los ciudadanos en este desarrollo.
Primer lunes con nuevo horario y no fueron pocos los que pasaron de largo y se quedaron dormidos, llegando atrasados a sus trabajos. Y es que a todos les cuesta adaptarse, no solo a los niños. Por suerte, mañana es feriado, así que ahí se podrá reponer.
Chocolates, sopaipillas y picarones son muy requeridos por estos días de frío, especialmente las sopaipillas pasadas, especiales para la once. Para el almuerzo los menús donde abundan las legumbres también son muy requeridos.
Ya son más de 120 personas capacitadas y 100 reinsertadas laboralmente en Arica por la Corporación Cimientos (ya se han realizado 6 versiones desde el 2015), entidad perteneciente a la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que tiene como fin dar una segunda oportunidad a quienes presentaron conflictos con la justicia.
El proceso es largo y concienzudo, donde una dupla psicosocial realiza una selección de las personas que mejor se ajusten al perfil del programa; luego se desarrolla un trabajo psicológico con los 20 escogidos, posteriormente un apresto y capacitación laboral que contempla 26 días donde se les enseña algún oficio de la construcción, tales como carpintería en obra gruesa o albañilería para luego realizar la etapa práctica a través de una obra que aporte a la comunidad, como remodelación de plazas o mejoramiento en alguna junta vecinal.
Quizás una de las etapas más preponderantes es lograr un cupo en alguna empresa socia de la CChC, donde reciben un sueldo y tienen los mismos derechos y obligaciones que los demás. Asimismo se desarrolla un seguimiento a la persona y se trabaja con su familia reforzando los apoyos y contención.
El resultado es positivo, pero aún falta mucho por hacer, es necesario que el mundo público flexibilice ciertas instancias para lograr que la reinserción sea total, pero sin duda que Cimientos es un cambio de vida para quienes no tuvieron las oportunidades, para quienes vivieron en un entorno al margen de las sanas convenciones sociales quebrantando la ley, donde personas reconocen que recién a sus 40 años están trabajando honestamente. Desde esta tribuna un abrazo para aquellos anónimos beneficiarios, como Rigoberto o Patricio quienes aprovecharon su oportunidad, y toda la suerte para los que vendrán; porque construir una mejor sociedad es obra de todos.