Cuando recién se anunciaba la puesta en marcha del nuevo Parque Centenario, la polémica se concentró en el sistema de uso que estaba proponiendo el municipio para el renovado recinto. La propuesta finalmente fue aprobada para que el ingreso al parque tuviera un costo, que aunque muy barato, significaba un compromiso que iba de la mano a la inscripción para poder acceder a sus prestaciones, particularmente los quinchos.

Solo semanas transcurrieron desde que este recinto fuera reabierto a la comunidad, para que registrara ya los primeros daños y alteraciones. El hecho fue denunciado por la misma municipalidad, la que ya anunció que realizará una investigación destinada a conocer y sancionar a los responsables, investigación que puede dar resultados positivos, debido a las medidas de resguardo que él mismo gobierno comunal estableció de manera previa a la reapertura y que tanta polémica levantara.

Quienes dañen el recientemente entregado Parque Centenario, se exponen a multas que serán determinadas por el Juzgado de Policía Local.

Sin embargo, la sanción que pueda establecer la Justicia no es la única. Existe también una sanción social, que viene de la mano con aquellos ariqueños y ariqueñas que de verdad son leales con su ciudad y los bienes públicos, aquellas personas que saben apreciar las inversiones y los adelantos que con esfuerzo -y en casos como este, después de mucho tiempo- se hacen en favor de todos los vecinos.

Es por eso que una de las maneras en que efectivamente todos pueden colaborar con la mantención del Parque Centenario, es a través de la denuncia y la vigilancia que cada usuario puede realizar. Con toda seguridad, no es una mala costumbre generalizada el tratar tan mal a recintos y bienes públicos que con tanta dedicación se entregan a la comunidad. Es por eso que los buenos vecinos, los ariqueños y ariqueñas que de verdad quieren a su ciudad, pueden ayudar también a que él Parque no termine dañado o destruido por aquellos irresponsables que no piensan en que Arica es de todos y para todos.

La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) publicó una nueva versión de la Infraestructura Crítica para el Desarrollo (ICD), la que se viene editando desde el año 2002, que tiene como objetivo contribuir a las políticas públicas y crecimiento de todo el país identificando el déficit de diversos sectores, determinando las brechas y las inversiones para subsanar esta realidad.

El texto tiene más de 600 páginas de extensión donde aborda recursos hídricos, energía, aeropuertos y logística, entre otras; material elaborado por la Gerencia de Estudios de la gremial que determinó que existe un déficit a nivel nacional de más de 174 mil millones de dólares.

A nivel regional se plantea que una de las necesidades más importantes es lo hídrico, lo que está directamente vinculado al desarrollo de la estrategia regional que promueve la agricultura como uno de sus principales ejes (además de las necesidades para el consumo habitacional).

Justamente algo que viene conversando hace años en Arica es la construcción de los 3 embalses emblemáticos (Livilcar, Umirpa y Chironta, este último ya comenzó), lo que impedirá que 46 millones de metros cúbicos de agua lleguen al mar (lo que debe ser planificado en beneficio de la costa), los que en conjunto suman una inversión por un monto de 159 mil millones de pesos.

También cobra relevancia, según indica el estudio, la construcción de la planta desaladora de agua de mar que aportará a la necesidad regional para consumo humano, aclarando que la extracción desde los pozos se vuelve cada vez más difícil y que Arica está aumentando su densidad poblacional, según lo reafirma el último Censo.

Además el ICD aborda diversos ejes en lo que respecta a la infraestructura de Arica, como la relevancia de invertir en lo portuario, vial y aeropuerto, agregando que Chacalluta llegará a su límite el año 2020. Es importante trabajar hoy para las necesidades futuras, porque construir Arica y Parinacota es obra de todos.