Michael Seguel

"Con una pistola Glock de 9 milímetros adaptada, con su respectivo cargador, el joven de 17 años percutó una ráfaga de disparos de los cuales tres impactaron al cabo primero Oscar Galindo Saravia (29), provocando su muerte a las 14.45 del miércoles en el Hospital Dipreca".

Así es como el fiscal Marcelo Apablaza relató ayer parte de los cinco minutos de terror que vivió el funcionario policial, miembro de la 41° comisaría de La Pintana, quien murió durante un procedimiento antidrogas que se desarrolló cuando dos pandillas rivales se enfrentaban.

En la audiencia de formalización realizada en el 15° Juzgado de Garantía de Santiago fueron imputados el menor de 17 y sus dos presuntos cómplices, Pablo Soto Maturana (19) y Harri Prado Arrué (31), por los delitos de homicidio consumado y homicidio frustrado. Mientras el menor quedó con internación provisoria, los mayores de edad quedaron en prisión preventiva, por orden del juez.

"Los imputados se bajaron de su vehículo que terminó baleado por la confrontación, para comenzar los disparos. Incluso, se encotraron nueve cartuchos en el sitio del suceso. Según la investigación de Labocar se trata de una balacera de cinco minutos", detalló Apablaza.

El defensor Rafael Jofré argumentó que "no había premeditación de dar muerte al policía. Según la declaración de mis representados, estos no se habrían percatado de la presencia policial". En la audiencia estuvo presente la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell y la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei.

Responso fúnebre

A las 13.33 llegó a la iglesia San Francisco de Borja de Santiago el cuerpo del cabo Galindo, acompañado de una caravana de Carabineros. Sus restos habían partidos minutos antes desde el Servicio Médico Legal.

Al templo llegaron el general director Hermes Soto y el Presidente Sebastián Piñera, quien dijo que "vamos a perseguir sin descanso a estas bandas".

La carroza fúnebre pasó luego frente a la 41° comisaría de La Pintana, donde Galindo fue despedido por colegas y vecinos. Horas más tarde el féretro fue trasladado por tierra a su natal Cañete, Región del Bíobío. Para hoy se espera que se realice el velorio.

120 días de investigación decretó el tribunal por el homicidio del cabo.