El fútbol femenino es lo que la lleva después de la Copa América
El torneo continental celebrado en nuestro país no solo le entregó una clasificación al Mundial a las seleccionadas, sino que abrió una puerta para que las escuelas femeninas tomaran un protagonismo que antes no era imaginable.
Nicolás Arancibia B.
En una sociedad que cada vez intenta alejarse con mayor fuerza de la heredada cultura machista, es que en los últimos años se nos ha enseñado que no existen colores, palabras, ropa, gustos, ni mucho menos deportes que se definan por la sexualidad de cada persona. Prueba clara de ello, fue ver a todo un país vibrando con estadios llenos, con tacos después de la pega, y con juntas familiares alrededor de un televisor, al ver a la selección chilena femenina que alcanzó una inédita clasificación al Mundial de Francia luego de la Copa América celebrada en nuestro país.
El fútbol, una actividad que por tanto tiempo fue relegada solo al placer masculino, y que dejó como ciudadanas de segunda clase -como diría Jorge González en Corazones Rojos- a las mujeres, hoy las tuvo como protagonistas. Otorgándole no solo una gran alegría deportiva al país, sino que además abriéndole una puerta para que muchas mujeres, que tal vez por miedo a los estereotipos, no querían practicar este deporte, hoy se sientan libres para llevar a cabo la disciplina que tanto les apasiona.
"Por supuesto que hubo una explosión en el interés por el fútbol femenino cuando pasó lo de la Copa América", nos cuenta Linda Pizarro, profesora de educación física quien junto a Alejandra Silva, conforman la dupla que entrenan al equipo femenino de "Las Galaxias", cuadro que entrena dos veces a la semana en el estadio Bellavista de Valparaíso. "De hecho, una vez que terminó la Copa América, fue cuando a nosotras nos llamaron como para que surgiera la escuela femenina", agregó la oriunda de Villa Alemana.
Previo al torneo continental que se llevó a cabo en suelo nacional, no eran pocas las voces que creían que la selección femenina jugaría a estadios vacíos. Por ello, el boom provocado por las nacionales, es algo que para Linda es "extraordinario, yo he jugado toda mi vida fútbol y este año el interés por el fútbol femenino incrementó, porque todo lo que aparezca en redes sociales, en comerciales, en televisión, hace que la gente lo vea y lo destaque. Se han abierto hasta escuelas, en los colegios han valorado más los talleres de fútbol, los mismos entrenamientos en clubes han aumentado. Me siento súper orgullosa y hay que puro seguir haciendo más cosas para las mujeres, en especial en lo que es el fútbol".
Iguales condiciones
Como jugadora de fútbol, entrenadora, y además profesora de educación física, es imposible no consultarle a Linda sobre las mayores diferencias que existen, al menos a nivel físico o de preparación (ya que las de marketing y afición están más claras) entre el balompié que practican tanto damas como varones. La titulada en la Universidad Andrés Bello, no duda al recalcar que "el deporte sigue siendo el mismo, las personas tienen las mismas ganas siendo hombres o mujeres. En lo personal, para mí esto no debería estarse hablando solamente en lo que relaciona al fútbol, sino que los deportes en general deberían incrementar en todos los géneros".
Respecto a lo que significan las cargas físicas tampoco hay mayor diferencia, sino que la medición se hace por capacidad y no por sexualidad. "El entrenamiento en sí es el mismo, solamente que se van viendo diferentes capacidades físicas dependiendo de la persona. Por ejemplo, en los entrenamientos, nosotras hemos tenido que separar a niñas que vienen de iniciación a otras que ya vienen jugando fútbol y por ende no podemos ponerlas juntas. Tratamos de hacer un entrenamiento un poco separado, pero que a la vez todas compartan y se conozcan, agregándoles juegos por ejemplo. La idea no es hacer todo tan estructurado, porque llevamos recién dos meses y nosotras buscamos primero unir al grupo antes de empezar con los entrenamientos más fuertes".
Fútbol para unir
El deporte y su función social, es una riqueza que todos quienes lo practican conocen muy bien. Realizar actividad física no solo entrega valores propios de la competencia, sino que además permite conocer gente y entablar relaciones humanas con personas que tienen más cosas en común de lo que se creía en un principio. "Aquí no todas se conocían, de hecho son muy pocas las que vinieron por ejemplo del mismo colegio. Acá llegaron todas casi sin conocerse. Empezaron a pasarse el dato y ahora tenemos cerca de 20 de niñas. Por temas de horario no pueden venir siempre los jueves, que es el horario habitual, por lo que también hacemos clases los sábados en horario variable para que pueda venir la mayor cantidad de chichas", aseguró la directora técnica del equipo porteño.
Para finalizar, y aprovechando de invitar a toda mujer que se motive a entrar, Linda confirmó que "no hay ninguna edad en específico porque por ser mujeres abrimos la puerta a que entrara cualquiera. Tenemos niñas de 15 años hasta una adulta ya de 47. No hay ningún rango ni discriminación etaria, la idea es que vengan, compartan y aprendan, y que obviamente suban su nivel".